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La sexualidad - 1

La sexualidad - 1

Honroso sea entre todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” Hebreos 13:4 (foto: Hong Chang Bum/Flickr)

Hoy en día, muchas personas ven a la sexualidad como una fuente de placer o de dinero, mientras otros la desprecian, haciendo chistes morbosos; sin lugar a dudas, podemos asegurar que el sexo ha perdido su valor moral. Pero, ¿es la sexualidad algo pecaminoso? ¿Tiene cada persona libertad para hacer como le plazca en este sentido? ¿Habrá consecuencias por actuar como si no hubiese límites? Eso es lo que veremos ahora.

La sexualidad fue creada por Dios, por tanto es buena y santa. La Palabra dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”, Génesis 2:24. De aquí podemos ver al menos dos propósitos para la sexualidad: el primero es la felicidad de la pareja, y el segundo es la procreación. En cuando al primero tenemos pasajes como Proverbios 5:18, que dice: “Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud”. En cuanto al segundo, la procreación, el propósito fundamental es buscar descendencia para Dios. Mientras los animales se procrean, el ser humano, hecho a la imagen y semejanza de Dios, tiene la responsabilidad de hacer que sus descendientes conozcan a su Creador, para que no sean simples criaturas, sino hijos de Dios. “Y los bendijo Dios, y les dijo: fructificad y multiplicaos; llenad la tierra…”. Génesis 1:28 “¿No hizo Él uno, habiendo en Él abundancia de espíritu? ¿y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios…”. Malaquías 2:15

Dios ordena que la sexualidad sea practicada únicamente dentro del vínculo del matrimonio, entre un hombre y una mujer, dentro de los grados de consanguinidad establecidos por Dios. “Honroso sea entre todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”. Hebreos 13:4 “Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para descubrir su desnudez…”. Levíticos 18:6. Si la persona se sale de los límites establecidos por Dios para la práctica de la sexualidad, además de la multitud de consecuencias temporales aquí en la tierra, la principal consecuencia es la condenación eterna. “¿No sabéis que los injustos no heredaran el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredaran el reino de Dios”. (1 Corintios 6:9-10)

Si usted se ha salido de los límites establecidos por Dios, debe arrepentirse de su perversidad y convertirse a Jesucristo. Solo Él, y únicamente Él, le puede perdonar y limpiar con su sangre para tener una vida santa. “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”. Proverbios 28:13 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. (Mateo 11:28-29) “¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a si mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?” (Hebreos 9:14) “El cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo”. 1 Corintios 6:13 “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Gálatas 6:7

Ahora, pregúntese, donde vive ¿se ve a la sexualidad como algo santo? Aunque la Biblia dice: “Honroso sea entre todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios” (Hebreos 13:4), ¿no será que en sentido general la sexualidad no es vista como algo santo? ¿No será también que aunque digan con sus labios que la sexualidad es algo santo, en la práctica la miren como un objeto carnal? Al respecto, ¿cuántas personas están llegando puras al casamiento? Aunque la Biblia dice: “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”. 2 Timoteo 2:22, y también: “…el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo”. 1 Corintios 6:13, ¿podemos ver donde vivimos niños, jóvenes y adultos guardándose puros para su casamiento? ¿Cuántas de las parejas que hoy viven juntas son casadas? ¿Cuántos de los que son casados llegaron puros a su matrimonio? ¿Cuántos son verdaderamente fieles a su pareja?

La mayoría de las personas dicen creer y adorar a Dios, y participan de algún tipo de culto, ¿por qué entonces para ellos la pureza sexual no tiene valor? Puede ser, por lo menos por dos factores:

- Puede ser que no se les ha enseñado la verdad, es decir, no se les ha presentado al Jesús de la Biblia. Cuando se predica la verdad, cuando se anuncia al verdadero Jesús, Dios trabaja mudando a aquellos que Él tiene ordenados para vida eterna. Jesús dice: “Y conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres” “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Juan 8:32,36
- Puede ser también que llegamos a la época donde las personas ya no soportan la verdad. Puede ser que se esté cumpliendo literalmente lo que dice 2 Timoteo 4:3-4 “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”.

¿En dónde está el problema? El problema está en la falta de un verdadero amor hacia Dios, el Señor Jesús dice: “…El que me ama mi palabra guardará… el que no me ama, no guarda mis palabras…”. Juan 14:23-24. Pero para poder guardar la Palabra de Dios, evidencia del verdadero amor a Dios, necesitamos ser creados espiritualmente de nuevo, necesitamos estar unidos al Jesús de las Escrituras, Él dice: “…el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer”. Juan 15:5. Porque escrito está: “Sed santos, porque yo soy santo.” 1 Pedro 1:16


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