Un teléfono antiguo, no, eso no fue lo que trajo José esta vez, no era un teléfono; era un Gloria, pero ¿qué es eso? Escuchemos para aprender. (imagen: clipart-library)
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Versículo de referencia:
El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene. 1 Corintios 16:22
¿Para qué debo aprender a leer? José y los niños de la escuela - 7
José, al llegar a la escuela fue recibido por los niños con mucha alegría. El profesor Leonel también estaba contento. El notó que los niños se estaban portando mucho mejor que antes. El veía benéfica las enseñanzas de José. ¿Ustedes también están viendo benéficas las enseñanzas de José?
‘Buenos días niños,” dijo José. “Buenos días José,” respondieron los niños. José dijo: “ya hemos aprendido varios motivos por los cuales ustedes se deben esforzar para leer la Biblia. También aprendimos el corito de la Biblia, ¿quieren cantarlo? Todos de pie. “Cinco niños, felices están, sonrisas bonitas su rostros tendrán, se paran contentos para cantar...” “Biblia mi libro, mi libro compañero. Mi libro compañero es la Palabra de Dios.” “Ella me habla, me habla cada día. Me habla cada día de mi Salvador.” “En Ella yo aprendo, yo aprendo día a día, yo aprendo día a día a andar con Jesús.” “Ella me enseña, me enseña con certeza, me enseña con certeza el camino hacia Dios” “se sientan quieticos para escuchar.”
“Hoy comenzaremos a aprender un himno que habla sobre la Biblia. Pero este lo acompañaremos con música.” Entonces Sarita dijo: “pero no veo ningún instrumento,” José dijo: “Es una sorpresa. Mas antes de cantar quiero enseñarles el versículo que tiene que ver con la enseñanza de hoy. “El que no amare al Señor Jesucristo sea anatema. El Señor viene.” 1 Co. 16:22. Niños, aquella persona que no ama a Jesús es anatema, ¿ustedes saben qué significa la palabra anatema?” Los niños guardaron silencio. Solo miraban a José. Él dijo: “Anatema tiene un significado fuerte, pero es necesario que ustedes desde niños lo aprendan. Anatema significa maldito, y quiere decir que el niño, adolescente, joven, adulto que no ame a Jesús está condenado. ¿No les parece terrible? Vamos nuevamente a repetir el versículo. “El que no amare al Señor Jesucristo sea anatema. El Señor viene.” 1 Co. 16:22. Ahora les pregunto niños, ¿ustedes aman al Señor Jesucristo? ¿Ustedes aman a Dios?” Los niños respondieron: “Sííí” José les dijo: “¿Será que es verdad? al final de la lección ustedes van a saber si aman o no a Jesús. Recuerden que quien no ama al Señor Jesucristo está condenado ¿listo?
“vamos con lo prometido” Los niños estaban curiosos porque José sacó de su mochila algo parecido a un teléfono antiguo. Dijo: “Este es un aparatico que contiene la música de muchos himnos. Fue fabricado con el propósito de ayudar a misioneros como yo que no sabemos tocar instrumentos para alabar al Señor. Su nombre es Gloria. Ahora quiero que escuchen la primera estrofa y el coro del himno llamado Gozo me da la Palabra Leer.
1. “Gozo me da la palabra leer; cosas preciosas allí puedo ver, y sobre todo que el gran Redentor es de los niños el tierno Pastor.”
Coro: “Con alegría yo cantaré al Redentor, tierno pastor, que en el calvario por mi murió, sí, sí, por mi murió.”
5. “¿Consideran que es fácil aprenderlo?” los niños hicieron silencio, entonces el profesor Leonel, quien se encontraba en la puerta del comedor, dijo: “José, si lo canta nuevamente, yo lo grabo en mi celular y el resto de los días de la semana, se los hago escuchar para que lo aprendan. ¿Le parece?” José respondió: “magnifico, profesor, gracias. Entonces vamos nuevamente. 1. “Gozo me da la palabra leer; cosas preciosas allí puedo ver, y sobre todo que el gran Redentor es de los niños el tierno Pastor.”
Coro: “Con alegría yo cantaré al Redentor, tierno pastor, que en el calvario por mi murió, sí, sí, por mi murió.”
Luego de cantar, José dijo: “ahora vamos a decir nuestra frase: “Todos de pie ¡Dios es grande! ¡Dios es bueno! ¡Dios me ama! ¡Dios me cuida! ¡Gracias Dios porque me amas! ¡Gracias Dios porque me cuidas! Pueden sentarse” Vamos a hablar un poquito sobre que es amar, para ello les quiero contar una historia. Cuando era niño, conmigo asistía a las reuniones bíblicas otro niño de nombre Ismael. Un día el golpeó a otro niño porque le dijo: “Tus papas son unos pobres tontos.” El misionero habló con él, le preguntó, ¿Por qué golpeaste al otro niño?” Ismael dijo: “Porque hablo mal de mis papitos.” El misionero le preguntó: “¿Y tú amas a tus papitos?” Ismael, respondió: “Claro que los amo, que pregunta. Por ellos me hago hasta reventar las narices.” El misionero le preguntó: “¿Tu obedeces a tus padres?” Ismael dijo: “mmm, más o menos” Dijo el misionero: “Ismael, tu papi vino estos días para hablar conmigo, me dijo que estaba muy preocupado porque eres muy desobediente, que le respondes groseramente especialmente a tu mami, que eres muy perezoso y que últimamente estas cogiendo las monedas. Si tú en verdad amaras a tus padres no harías todo eso. Tú con lo que haces con ellos estás mostrando odio y no amor.” Entonces Ismael dijo: “Yo no los odio, yo siento que los amo.” El misionero le dijo: “Ismael, tú puedes sentir que los amas, pero en la práctica los odias, porque estás haciendo lo que no deberías hacer con tus padres.” Ismael quedó muy triste de saber que odiaba a sus padres, aunque pensaba que los amaba. Niños, a propósito, ¿ustedes aman a sus padres?” Como los niños estaban tan concentrados escuchando la historia de Ismael, y la mayoría eran desobedientes, entonces solo movieron la cabeza negativamente. José les dijo: “Amados niños, ustedes pueden decir que aman profundamente a sus padres, pero si son desobedientes, groseros, irrespetuosos, si les roban, ustedes los están aborreciendo, odiando y no amando. No lo olviden.”
José abriendo su Biblia nuevamente en 1 Co. 16:22 dijo: “hablando de amor ¿recuerdan quiénes son los que son anatemas, malditos o sea los que están condenados?” Como ninguno respondió, entonces José, dijo: “les quiero leer nuevamente el versículo para que recuerden, “El que no amare al Señor Jesucristo sea anatema. El Señor viene.” 1 Co. 16:22. ¿Ahora si me pueden responder?” Esdras dijo: “Los que no aman al Señor Jesucristo.” “Ciertísimo,” dijo José. Ahora, ¿recuerdan que les pregunté si ustedes amaban al Señor Jesucristo, a Dios, y cuál fue la respuesta? Isabel respondió: “Que si,” José preguntó: ¿ustedes sienten que aman a Dios?” Los niños respondieron: “Sííí” José preguntó nuevamente: “¿Pero le obedecen?” Los niños se quedaron cayados.
José, dijo: “Niños, así como Ismael, aunque sentía que amaba a sus padres, pero que en la práctica los odiaba porque no les obedecía, así también si ustedes sienten que aman a Dios, pero no le están obedeciendo, en realidad lo están odiando, lo están aborreciendo. Bueno, Pero si tenemos que obedecer a Dios, ¿qué es lo que tenemos que obedecer para demostrar que le amamos? Niños, Jesucristo nuestro Señor nos da la respuesta, escuchen, Él dice en Jn. 14:23 primera parte: “El que me ama mi palabra guardará..” y en Jn. 14:24 en la primera parte dice: “El que no me ama, no guarda mis palabras…” Ah, niños, entonces podemos saber ahora quiénes son los que aman a Dios y quiénes no. Los que guardan u obedecen la Palabra de Dios, es decir, la Biblia, las Escrituras, esos son los que aman a Dios. Los que no guardan o no obedecen lo que dice la Biblia, esos son los que no aman a Dios, los que son anatemas, los que son malditos o sea los que están condenados. Entonces, ¿no les parece, niños, que ustedes deben aprender a leer, para leer la Biblia, para saber qué es lo que deben obedecer, y que con la ayuda de Dios la puedan obedecer?” Alejandra dijo: “Ahora entiendo en que consiste amar a Dios. yyy, veo entonces que casi nadie ama a Dios, porque casi nadie lee la Biblia para obedecerle. En mi casa por lo menos, aunque tenemos Biblia, ella permanece en el estante y nadie la lee” José dijo: “Qué triste, ¿verdad? y lo peor, casi nadie se da cuenta que por ello están condenados, pero espero que ustedes sean sabios y aprendan todos a leer para leer la Biblia y que con la ayuda de Dios la puedan, repito, obedecer. Vamos nuevamente a cantar el himno de la biblia que comenzaos a aprender hoy.
1. “Gozo me da la palabra leer; cosas preciosas allí puedo ver, y sobre todo que el gran Redentor es de los niños el tierno Pastor.”
Coro: “Con alegría yo cantaré al Redentor, tierno pastor, que en el calvario por mi murió, sí, sí, por mi murió.”
José se despidió, pero el profesor Leonel quedó muy preocupado, dijo para si: “Yo, entonces no amo a Jesús, pues nunca ni he leído una letra de su Palabra, soy un anatema, estoy condenado, ¡Oh Dios tenga piedad de mí!”
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