Reflexión sobre la incredulidad

Reflexión sobre la incredulidad

La Biblia dice: “...no seas incrédulo, sino creyente” Juan 20:27 (Foto: Ariel Waldman/Flickr)


Algunos incrédulos presentan características externas propias de un creyente verdadero, las cuales confunden a muchos. Miremos algunas cosas que la gente equivocadamente dice para defenderlos:

1. Él no es incrédulo porque cree que Dios existe.
¿Acaso no dice la Biblia que los demonios también creen que Dios existe, tiemblan de miedo y están absolutamente seguros de que llegará el día de su castigo? Santiago 2:19; Mateo 8:28-29

2. Él no es incrédulo porque lee la Biblia.
¿No dice la Biblia que los incrédulos enemigos de Jesús también escudriñaban las Escrituras porque a ellos les parecía que en ellas tenían la vida eterna? Juan 5:39

3. Él no es incrédulo porque adora a Dios.
¿No dice la Biblia que los incrédulos judíos de la época de Isaías también celebraban culto a Dios externamente, conforme a la ley? Isaías 1

4. Él no es incrédulo porque experimentó dolor y arrepentimiento por un pecado que cometió.
¿No dice la Biblia que también Saúl lloró y reconoció que estaba pecando al querer matar a David, también que Judas reconoció que había entregado un inocente y hasta devolvió el dinero del delito? 1 Samuel 24,26; Mateo 27:3-5

5. Él no es incrédulo porque al escuchar la predicación mostró un cambio.
¿No dice la Biblia que los falsos profetas, antes de quedar peor que al principio, mostraron ciertos cambios? 2 Pedro 2:20-22

 

Las apariencias tienen la triste capacidad de engañar, por ello Jesús fue enfático: “No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” Mateo 7:2