Es el mismo Jesucristo quien habla al comienzo de este pasaje. Al presentar el evangelio quiere que tengamos confianza en Él, y que tengamos la tranquilidad de que nuestros pecados ya han sido perdonados. Estas son buenas nuevas para todos nosotros. En Él tenemos la consolación.
Ahora nos hemos vuelto colaboradores del Señor, y presentamos su evangelio. Llamamos a la fe y al arrepentimiento. Nos hemos convertido en la luz del mundo. Para cumplir con la gran comisión: debemos brillar. Las buenas nuevas no son para guardárnoslas, sino para compartirlas.
Debemos vivir como cristianos; por su puesto, debemos conocer, pero también debemos tener confianza en Cristo. Al tener esta confianza, así no más, ya resultamos diferentes y somos luz. Solo con ser cristianos ayudamos al mundo. Ya que una persona se convierta es solo voluntad de Dios.