“¿Qué pensáis contra Jehová? El hará consumación; no tomará venganza dos veces de sus enemigos.” Nahúm 1:9
Un amado siervo de Dios cuenta que cuando él trabajaba en una fábrica, era costumbre que algunos empleados pidieran laborar el sábado, para aumentar un poco su salario. Había unas personas encargadas para tomar cuenta de ese personal, los cuales hacían la lista cada viernes. Un encargado, que siempre se burlaba del siervo de Dios por motivo de su fe, le correspondió en cierto viernes hacer la lista. Preguntó al siervo de Dios si el vendría a trabajar el sábado, y el siervo respondió que sí. Dicho encargado, con soberbia, dijo: “usted va entrar aquí si yo quiero, porque si yo no coloco su nombre aquí el guardia no lo deja entrar.” El siervo respondió: “Eso es cierto, si no coloca mi nombre él no me deja entrar.” El encargado, para dárselas de soberano, dijo: “Ahí quiero ver su religión, su Dios…para hacerlo a usted entrar.” Entonces el siervo de manera enérgica, en presencia de más de cincuenta personas, dijo al encargado: “¡Ahora usted se metió con el que no tenía que meterse. Si mi Dios, el que yo adoro, quiere, ni yo ni usted entra aquí mañana y nunca!” - Al otro día llegó el siervo de Dios, pero el encargado no, ni tampoco llegó el lunes. Luego se recibió la noticia que el mismo viernes el encargado sufrió un fuerte derrame cerebral y que el lunes murió. Dijo el siervo de Dios: “Dios no permitió que él volviese, y yo volví.” Amada familia y amigos, ser amigo de Dios es lo máximo que le puede acontecer al hombre. Jesús habló de sus amigos, de sus ovejas, de aquellos por los cuales él dio su vida: “y yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatara de mi mano.” Jn. 10:28; pero ser enemigo es la más horrenda tragedia, porque Él da “…retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor, y de la gloria de su poder,” (2 Ts. 1:8-9) No nos engañemos, evaluémonos con las Escrituras para saber si estamos creyendo en el verdadero Dios y de la manera correcta, porque morir siendo sus enemigos, es mejor para la persona no haber nacido.
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