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Sermones

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Photo by Jarrod Skeggs / Copyright free

 

 


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El Hijo y el Padre están en estrecha colaboración para salvarnos, por eso Dios es digno de ser glorificado. Pero la imagen completa no es solo amor, sino que por ejemplo el capítulo 63 nos presenta otro aspecto de Dios, Él viene con la grandeza de su poder para acabar con los malos.

Viene un castigo terrible para los rebeldes, pero viene la gloria para sus siervos. Sabiendo esto, ¿cómo quiere pasar la eternidad? La mejor alternativa es adorar a Dios, y así convertirnos en herederos del Señor. Allá en la gloria estará solo lo bueno, para siempre: sirvámosle a Dios.

El cuadro completo de la Biblia implica que veamos cada aspecto de quién es Dios, y para gustar de este debemos tener el Espíritu de Dios. Isaías nos trae varios aspectos de nuestro Dios, a manera de un plato delicioso, o de una sinfonía, donde cada instrumento agrega a la melodía principal.

Este pasaje corto, que solo está en el libro de marcos, es otra de las parábolas que explica cómo es el reino de Dios. En particular se enfatiza la soberanía de Dios, como puede verse en el hecho de que el sembrador debe esperar hasta que la semilla haga lo que sabe hacer, crecer.

El crecimiento del reino de Dios exige paciencia de nuestra parte, lo cual es muy diferente a que estemos inactivos. Nuestro deber es perseverar, pero sin ser impacientes, es importante que confiemos en Dios y aprendamos de las tribulaciones que puedan aparecer: confiemos en Dios.

No nos dejemos llevar por el pragmatismo y busquemos aplicar cualquier cosa que aparentemente de resultados numéricos, más bien dediquémonos a predicar la Palabra de Dios, tengamos fe, y con toda certeza el triunfo del reino de Dios llegará, con todo su esplendor.

El reino de Dios fue revelado en misterios, algunos de ellos explicados mediante parábolas, muy simples y cortas. Hoy se tratan dos parábolas: la de la semilla de mostaza y la de la levadura. Nuestro Señor Jesucristo las pronunció justo después de sanar a una mujer, enferma por 18 años.

La semilla es algo que parece perdido dentro del campo donde se sembró, así como lo imperceptible del milagro que había acabado de ocurrir. El reino de Dios comenzó muy pequeño, pero por su poder expansivo, representando el crecimiento de la iglesia, se asemeja a un árbol.

El símbolo de la levadura, de otra parte, representa algo igualmente pequeño e imperceptible, que a su tiempo termina por hacer su trabajo completo. El reino de Dios no comienza con un despliegue majestuoso, sino muy sutilmente. Estas dos verdades sirven de ánimo para el creyente.

 

Pecado humano, ira divina

Pastor Eugenio Line, 19 de octubre de 2014

 

El capítulo 9 de Nehemías es uno de esos pasajes donde de manera condensada tenemos gran parte del mensaje de la Biblia. Vemos la actuación del hombre y las consecuencias de sus actos. El profeta Nehemías llegó unos 90 años luego de Zorobabel, con el fin de restablecer la nación de Israel, luego de que el pueblo cayó.

El pueblo había cometido grandes abominaciones, y como consecuencia habían sido castigados. El Señor los había restablecido, y ahí estaban otra vez, en las mismas. El trabajo de Nehemías guarda relación con el trabajo de los reformadores del siglo XVI. En esa época el Señor hizo volver, de manera especial, el corazón de los hombres a Dios.

La historia del hombre se repite muchas veces. El hombre peca contra Dios, y por tanto experimenta la justa ira divina, pero Dios en su bondad ofrece una salida, la salvación. El Señor envía profetas para que su pueblo salga del castigo, y sufre, lo cual sirve para entender la dependencia que se tiene de Él.


 

Pasaje central: Nehemías 9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

1 El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí. 2 Y ya se había apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de sus padres. 3 Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios.

4 Luego se levantaron sobre la grada de los levitas, Jesúa, Bani, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz alta a Jehová su Dios. 5 Y dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel, Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos, bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza. 6 Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. 7 Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham; 8 y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo. 9 Y miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de ellos en el Mar Rojo; 10 e hiciste señales y maravillas contra Faraón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día.

11 Dividiste el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una piedra en profundas aguas. 12 Con columna de nube los guiaste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por donde habían de ir. 13 Y sobre el monte de Sinaí descendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos, 14 y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la ley. 15 Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías. 16 Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron su cerviz, y no escucharon tus mandamientos. 17 No quisieron oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste. 18 Además, cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones, 19 tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir. 20 Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed. 21 Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies. 22 Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán. 23 Multiplicaste sus hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla. 24 Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran. 25 Y tomaron ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran bondad. 26 Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti, y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron grandes abominaciones.

27 Entonces los entregaste en mano de sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que los salvasen de mano de sus enemigos. 28 Pero una vez que tenían paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron; pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los oías y según tus misericordias muchas veces los libraste. 29 Les amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon. 30 Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. 31 Mas por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desamparaste; porque eres Dios clemente y misericordioso. 32 Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día. 33 Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo. 34 Nuestros reyes, nuestros príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios con que les amonestabas. 35 Y ellos en su reino y en tu mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron de sus malas obras. 36 He aquí que hoy somos siervos; henos aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que comiesen su fruto y su bien. 37 Y se multiplica su fruto para los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados, quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande angustia.

38 A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.

 

 

Perdóna nuestros pecados - 1

Pastor Augusto Ramírez, 16 de agosto de 2015

 

La oración debe estar centrada en dar la gloria a Dios, y no en buscar satisfacción propia. Esto debe ser presente también en la petición con respecto al perdón de nuestros pecados (deudas). Este perdón se convierte en la mayor necesidad que tenemos, porque el pecado nos aleja de Dios. Este es el mayor problema del hombre.

Al respecto de la petición en el versículo 12, se verán dos principios. El primero de ellos, asociado con la palabra pecado, es que el pecado hace al hombre culpable y trae castigo. Y no solo a algunos, sino a todos los seres humanos; el pecado no tiene cura. El pecado es una deuda con el Señor, la cual exige expiación y pago.

El segundo principio, con respecto al perdón, está relacionado con la única salida que tenemos del pecado. Esta es la fe en el Señor Jesucristo. Porque Él cargó todos los pecados, llevó la iniquidad de los que creen en Él. Ahora, si se prefiere no tener fe, y mejor pagar por sí mismo, la opción restante es ir al infierno, por la eternidad.


 

Pasaje central: Mateo 6:12 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

 

2 Corintios 1

Por qué Pablo pospuso su visita a Corinto

12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.

13 Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis;

14 como también en parte habéis entendido que somos vuestra gloria, así como también vosotros la nuestra, para el día del Señor Jesús.

15 Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis una segunda gracia,

16 y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venir otra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea.

17 Así que, al proponerme esto, ¿usé quizá de ligereza? ¿O lo que pienso hacer, lo pienso según la carne, para que haya en mí Sí y No?

18 Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No.

19 Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él;

20 porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,

22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

23 Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto.

24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

 

Por fe tenemos un gran Sumo Sacerdote

Pastor Eugenio Line, 26 de junio de 2016

 

Sí, tenemos un gran sumo sacerdote, pero hay que creer. Debemos creer en que Cristo sí vino. Jesucristo, el hijo de Dios es intercesor nuestro ante Dios. Por esta razón tuvo que ser como nosotros, cómo lo necesitamos, por todo nuestro pecado. Todo el libro de Hebreos muestra que Cristo vino al mundo para tratar nuestro pecado.

Toda la Biblia va mostrando nuestra realidad, esta es, que nos hemos revelado ante nuestro creador santísimo, y nuestro Señor se ha encargado de restaurar las cosas, de acuerdo con como era su propósito original. El pecado no cogió a Dios de sorpresa, fue programado, pero aún así el hombre es pecador y por tanto culpable.

Hebreos muestra que Cristo se ofreció a sí mismo a Dios, para cumplir Su justicia, y con un solo sacrificio obtuvo la eterna redención para nosotros. Pero fue necesario que se hiciera hombre, y esto debe ser motivo de regocijo, fue como nosotros, pero sin pecado. La redención que Cristo obró es real, no endurezcamos nuestros corazones.


 

Pasaje central: Hebreos 8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Hebreos 10

35 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón;

36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.

37 Porque aún un poquito,
Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.

38 Mas el justo vivirá por fe;
Y si retrocediere, no agradará a mi alma. m

39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

 

Hebreos 11

La fe

11  Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios,de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.

Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;

10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.

12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.

13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.

14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria;

15 pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.

16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se averg:uenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

 

Cristo murió durante la Pascua judía, y esto, como todo en su vida, no fue casualidad. Cristo es la pascua de su pueblo: la salvación para todo aquel que cree en Él. Su muerte fue necesaria para completar su obediencia perfecta a Dios Padre, la cual comenzó en la eternidad pasada.

Cada vez que pecamos creamos una deuda impagable, porque ofendemos al Dios infinito. Por esto fue necesario que Jesús, quien no pecó, se presentara ante Dios en lugar nuestro, y murió para satisfacer la justicia de Dios. Cuando Cristo murió declaró que la deuda se había cerrado.

Cristo no se quedó en la tumba, resucitó, y vive intercediendo por nosotros. Su resurrección es una evidencia de nuestra justificación, por lo cual podemos considerar a Dios ahora como nuestro Padre. En la resurrección Dios muestra su aprobación a la obra de Cristo en la cruz por nosotros.

En este sermón se hace un repaso de las cinco doctrinas claves, en conmemoración de la reforma protestante, la cual se celebra cada año en octubre. Para comenzar es importante además de recordar, enfatizar, que nosotros los humanos somos seres caídos. Todos estamos bajo pecado.

Por el amor de Dios, algunos de estos pecadores, fuimos entregados a Cristo, y de ahí la maravilla de la cruz. Ahora, algunos de nosotros somos sus ovejas, y nadie podrá arrebatarnos de su mano. Nuestro deber es predicar el evangelio que nos dejó Cristo: aún hay muchas ovejas por alcanzar.

Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha. La señal clara de que alguien es oveja es que guarda su palabra, y hace parte de su iglesia. Cristo murió por sus ovejas; que el Señor nos llene de gozo y nos dé ánimo para trabajar en su reino.

 

Primera petición del Padre Nuestro - 1

Pastor Augusto Ramírez, 10 de mayo de 2015

 

Es posible estudiar las peticiones del Padre Nuestro desde varios puntos de vista; de estos se observará la actitud, o el espíritu, a tener en cuenta cuando se ora. En cuanto a la primera petición, ese espíritu es familiar, pero surge una primera pregunta, ¿qué nos dice que Dios es nuestro padre? Porque es padre de algunos, pero no de todos.

Para saber si se es hijo de Dios debe tenerse en cuenta que un hijo de Dios no practica el pecado, si bien cae, no es su deleite. El hijo de Dios, además, ama a su hermano. También hay señales claras para ver si no se es hijo de Dios, como se verá en el sermón. Y, ¿cómo se convierte Dios en nuestro padre? Esto es mediante la fe en Cristo.

¿Cómo sabemos que Dios es nuestro padre? 1) si tenemos la actitud de llorar por nuestro pecado; 2) si amamos a Dios, lo cual se ve en resultados visibles, como guardar el día de reposo; 3) porque se tiene el Espíritu. El resultado de estas tres pruebas nos puede dar certeza de que somos hijos, veríamos así su bondad.


 

Pasaje central: Mateo 6:5-13 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. 8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis. 9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

 

Juan 8:39-47 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. 40 Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. 41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios. 42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. 43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. 45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. 46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? 47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.

 

Primera petición del Padre Nuestro - 2

Pastor Augusto Ramírez, 17 de mayo de 2015

 

Dios es el padre de la humanidad, en el sentido en que Él creó todo, pero no todos son sus hijos; para eso hay que nacer de nuevo, lo cual es sólo para los que fueron escogidos desde antes de la fundación del mundo. Ese Padre no es lejano, lo cual es una verdad reconocida desde el Antiguo Testamento, como muestra Isaías 64.

La frase "Padre Nuestro" nos indica que Dios no es distante, como sí lo son los dioses en el paganismo. Esa fue una enseñanza de Jesús, cuando oró llamó a Dios padre, con una sola excepción, cuando estuvo en la cruz. Dios, nuestro Padre, nos comprende y nos perdona; sin embargo sí se crea una distancia, cuando pecamos.

Algunas aplicaciones de que Dios sea nuestro Padre son las siguientes: 1) se acaba el temor, 2) crece la esperanza, 3) el sentimiento de soledad queda sin base, 4) se acaba el egoísmo, 5) nos da certeza con respecto a esta vida y la venidera. Como Dios es nuestro Padre debemos obedecerle, sino recibiremos disciplina.


 

Pasaje central: Mateo 6:9-13 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. 12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. 13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

 

Isaías 64 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

1 !Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, 2 como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia! 3 Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti. 4 Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera. 5 Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos? 6 Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. 7 Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.

8 Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. 9 No te enojes sobremanera, Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros. 10 Tus santas ciudades están desiertas, Sion es un desierto, Jerusalén una soledad. 11 La casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue consumida al fuego; y todas nuestras cosas preciosas han sido destruidas. 12 ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?

 

Primera petición del Padre Nuestro - 3

Pastor Augusto Ramírez, 24 de mayo de 2015

 

Si Dios nos diera el privilegio de preguntarnos por una cosa que queramos, ¿qué pediriamos? El Señor Jesucristo, en el sermón del monte, nos muestra qué debería ser. Ni es algo material (lo primero en la mente de algunos), ni tampoco otro beneficio, debería ser que el nombre de Dios sea santificado: este es el fin de toda la creación.

Ya sabiendo que la primera petición es que su nombre sea santificado, queda la pregunta, ¿qué es su nombre? Al contrario de la forma en que se dan los nombres hoy día, bíblicamente el nombre de Dios resume la naturaleza misma de Dios, cuando alguien proclamaba el nombre de Dios, lo que hacía era listar sus atributos.

Los judíos antiguos entendían esto, y ni pronunciaban el nombre de Dios, para no deshonrarlo, pero a la vez no le daban gloria a Dios, como merece. El saber el nombre de Dios, es decir, conocer su naturaleza, nos da confianza. Tener un Dios tan magnífico como Padre es verdadera tranquilidad.


 

Pasaje central: Mateo 6:9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

 

Probando nuestros corazones al tomar la cena del Señor

Pastor Augusto Ramírez, 3 de julio de 2016

 

Al celebrar la cena del Señor hay un peligro, el hacerlo indignamente. Esto significa por ejemplo hacerlo de manera ritualista, sin afecto, o por el contrario pensando que eso nos dará algún mérito. Si lo hacemos así nos hacemos culpables de la muerte del Señor Jesucristo, por tanto debemos vigilar nuestra actitud.

Para probar nuestros corazones conviene que contestemos dos preguntas: 1) ¿Por qué examinar el alma antes de participar en la Cena? Y 2) ¿Cómo debemos hacer ese examen? La primera pregunta tiene tres respuestas: porque eso rejuvenece la humillación cristiana, porque rejuvenece la gratitud cristiana, y para saber si estamos listos.

La segunda pregunta también tiene tres respuestas. Buscando las señales de un verdadero creyente; asegurándonos de que la única regla sea la palabra de Dios, y finalmente poniendo un ojo en la cruz del calvario. Es en el sacrificio de Cristo en el que obtuvimos salvación. Pidamos porque Cristo esté con nosotros.



Pasaje central: 1 Corintios 11:24-32 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

 

Propósito de la historicidad divina y humana de Jesucristo

Pastor Carlos Rocha

 

Adán fue echado del edén, y así perdió la comunión con Dios. En contraste con Adán, el Señor Jesucristo es un ser divino, quien vino a reestablecer la comunión que el hombre había perdido. Juan, el apóstol, muestra a este Jesús como una realidad histórica; fue algo verídico.

Ese Cristo vino para consumar la obra redentora, y Juan y los demás apóstoles, no solo lo vieron a Él, sino lo tocaron; antes y después de la resurrección, ¡qué honor el que tuvieron! Pero ese privilegio también lo tendremos todos los creyentes, habiendo sido objetos de la gracia del Padre.

Ahora, ¿para qué tenían los apóstoles que ver a Cristo? Pues para contarlo: fueron enviados a predicar las buenas nuevas; y hoy, 2000 años después, escuchamos ese evangelio, y no por casualidad usted lo escucha hoy. Es para que reestablezca esa relación perdida desde el Génesis.

2 Pedro 3

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

El día del Señor vendrá

 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,

para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;

sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,

y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.

Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,

por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;

pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.

Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.

11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, !!cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,

12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!

13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.

14 Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.

15 Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,

16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.

17 Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza.

18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

 

Próspero año

Pastor Joel Zartman, 24 de diciembre de 2010

 

Qué hay detrás de la Natividad

Carlos Rocha, 20 de diciembre de 2015

 

¿Qué hay detrás del decreto divino de Dios para que se diera la navidad? Hay mucho que entender para contestar esta pregunta. Dios es Señor del universo, no solo lo creó sino que lo rige. La Biblia cuenta sobre una ocasión en que detuvo el sol, otra en que inundó la tierra. Varios autores bíblicos reconocen Su grandeza.

Dios tiene además a los ángeles, quienes son poderosos, como siervos y parte de su ejercito. Dios también es Señor de los tiempos. Si bien la creación tardó seis días, podría haberla hecho en un pestañear. Dios, además, es Dios de las Escrituras y de su iglesia, tanto del pueblo judío como de los gentiles.

En la navidad Dios hizo confluir todo, por ejemplo que se diera un censo o una estrella que viajaba, y muchas otras cosas. Esto, gracias a su gobierno sobre los hechos, tiempos, naturaleza, gobernantes, etc. Todo lo decretó para el momento cuando Cristo vino al mundo. Este es un Gran Salvador para Su pueblo.


 

Pasaje central: Lucas 2:1-20 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. 2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.


8 Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9 Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. 12 Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 13 Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14

!Gloria a Dios en las alturas,
Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!

15 Sucedió que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. 16 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. 18 Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19 Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20 Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.

 

Qué significa en realidad Ojo por Ojo - 1

Pastor Augusto Ramírez, 18 de enero de 2015

 

En nuestros días, y cuando el Señor Jesucristo estuvo en la tierra, la exigencia de los derechos individuales ha sido en realidad una excusa para lograr venganza. Y esto, como se explica en este sermón, tiene un final, este es la anarquía. De otra parte, si bien debemos poner la otra mejilla, que esto no sea en detrimento de la justicia.

A lo que en realidad apunta el Señor al indicar la justicia ojo por ojo, es que esta debe ser equilibrada y equivalente a la falta, no desmedida, entre otras cosas. Además los pasajes que referencian la frase, que son tres, eliminan la aplicación de la justicia por mano propia, sino que hay un proceso legal que debe cumplirse.

Enseguida de la referencia de la justicia ojo por ojo, Jesucristo nos dice que extendamos la mano a la persona que nos cometió la ofensa, que se perdone, y luego sí, si es necesario, llevarla a la justicia. Esto sólo se puede lograr si morimos a nosotros mismos, de lo cuál se dan ejemplos para indicar cómo es que se muere a sí mismo.


 

Pasaje central: Mateo 5:38-42 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

38 Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. 39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; 40 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; 41 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. 42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.

 

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