La diferencia entre el justo y el injusto no se acaba al final del día. Incluso en las últimas horas del día, durante el descanso al acostarse, uno y otro actúan de acuerdo con su naturaleza. (Foto: Britt-Knee/Flickr)
El que teme a Dios dice:
“Me acordé en la noche de tu nombre, oh Jehová,
Y guardé tu ley” Sal. 119:55
El que no teme a Dios:
“Medita maldad sobre su cama;
Está en camino no bueno,
El mal no aborrece” Sal. 36:4
Tengamos presente el consejo de Dios, y no nos equivoquemos, ni siquiera en nuestro descanso:
“Temblad y no pequéis;
Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad” Sal. 4:4
¡Feliz noche!
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