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Lección:
El pecado entró al mundo cuando Adán y Eva pecaron. Y en lugar de mejorar, sus descendientes seguían siendo malos. Sin embargo, Dios, en su paciencia y amor, no los castigó enseguida, sino que esperó un largo tiempo. Pero llegó un día en que sólo la familia de Noé trataba de ser obediente al Señor. Fue en ese momento cuando Dios anunció que destruiría la tierra, y le dijo a su siervo Noé que hiciera un arca, es decir, un barco muy grande. Dios iba a enviar un diluvio que cubriría con agua a todo el mundo. Noé y su familia demoraron mucho construyendo el arca, y les dijeron a sus vecinos que el diluvio vendría, pero ninguno creyó. Una vez terminada el arca, Noé y su familia entraron, con los animales que Dios quiso salvar. El diluvio vino, tal como Dios dijo, y cubrió con agua todas las casas, los árboles y las montañas. Todos los que estaban fuera del arca se ahogaron. Sólo los que estaban dentro del arca se salvaron. Ese fue un castigo terrible. De manera similar, la Biblia dice que todo pecador que no se arrepienta, perecerá. Dios es muy santo, Él no tiene pecado; es puro y bueno, y por tanto quiere que seamos como Él. Por eso no permite que continuemos en el mal, y nos reprende. Cuando desobedecemos a papá y mamá, pecamos contra ellos, y también contra Dios, porque Él quiere que los niños obedezcan a sus padres. El pecado es malísimo. Cuando somos malos y no obedecemos, tenemos que ser castigados. La reprensión nos hace buenos. Referencia bíblica: Génesis 8:6-16. Versículo de referencia: Romanos 6:23.
Instrucciones:
Para hacer el arca se requiere una cajita de cartón, un plato rectangular de icopor, y una hoja de papel de color café. Si se desea, se forra la cajita, simulando el color de la madera. Se ajusta la hoja de papel al tamaño de la caja, y se dobla para hacer el techo. El arca va sobre un papel azul, para simular el agua. Una piedra servirá de montaña. En ella se colocan figuras de personas, y se aseguran con plastilina.