Todos hemos pasado por aflicción y esto puede generarnos temor y dudas. Podemos llegar a pensar que Dios no nos escucha, o que se ha olvidado de nosotros. Eso le pasó también a David, y en el Salmo 13, por inspiración del Espíritu Santo, David lo expresa sin guardarse algo.
El texto no detalla cuáles fueron las circunstancias que le causaron dolor a David, pero sí deja ver su angustia extrema. David siente que ha llegado a su límite. Se siente perdido y busca una explicación de lo que está pasando. David no veía el final a esta situación, e igual nos puede pasar.
Lo que David hace es clamar a Dios, como debemos hacer nosotros. La única solución está en Dios. El Salmo termina con un cambio extraordinario, ahora David expresa su confianza en el Señor. David ya no duda de Dios, en cambio, se alegra en la salvación segura que hay en Jehová.