Mucha gente piensa que el objetivo de la vida es ser feliz. Esa es precisamente la promesa y el engaño del pecado. Jesús nos dice cuál es la clase de persona que sí es feliz. Al hacer esto Jesús pone un estándar nuevo, mediante el seguimiento del cual seremos bendecidos. En este sermón se hace un estudio de la primera bienaventuranza y sus aplicaciones para nosotros.