Restauradle
Diácono Carlos Rocha, 9 de noviembre de 2014
El pasaje central en este sermón habla de alguien que fue sorprendido en pecado. El pecado puede ocurrir por la misma concupiscencia en el corazón del hombre, o por la tentación que Satanás presenta. En todo caso, la falta a la que se refiere el pasaje implica negligencia en el uso de los medios de gracia dados por el Señor.
La tarea de la Iglesia, que tiene las mismas luchas en contra del pecado y la tentación que ese hermano, es restaurarle, para llevarlo a la misma condición espiritual que tenía antes. Pero, eso no significa ser tolerante con el pecado, que puede ser un peligro, del cual advierte Pablo cuando habla en otro pasaje de la disciplina.
La restauración debe hacerse en humildad, o mansedumbre, no sea que uno también sea tentado. La figura de la restauración puede entenderse como la de sostener al otro, en amor. Dado el amor a Cristo, entonces, como consecuencia, ese amor se expresa y se translada a los hermanos en la fe.
Pasaje central: Gálatas 6:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. 2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.