El propósito de Dios con el creyente y para Jesucristo
Carlos Rocha, 31 de julio de 2016
Pablo experimentó el poder de Dios para salvar al hombre, precisamente él fue uno de ellos. Y al creyente, todas las cosas les ayudan a bien: las que parecen buenas y también las que no podemos entender en el momento. Pero, para quiénes es esta promesa, para los que Dios amó, y a los que en su providencia trajo para salvación.
El propósito de Dios para los creyentes es que ellos sean hechos a la imagen de Cristo, y por tanto todas las situaciones ayudan en este propósito. Dios completará su obra; la comenzó cuando planeó todo y seguirá hasta que finalice. Dios restablecerá la imagen que el hombre tuvo cuando fue creado y que se perdió por el pecado.
Todo lo que le pasa al creyente es para su santificación, es decir, para volver a formar esa imagen de Dios en el que ha sido salvo. Esto, para que Cristo sea el primogénito entre muchos hermanos, el cual ha sido puesto en prominencia. Así entonces, nosotros nos debemos parecer a Cristo, nuestro Señor y salvador.
Pasaje central: Romanos 8:28-30 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.