Daniel oró al Señor, para que le revelara el sueño que había tenido el rey Nabucodonosor, y así evitar la muerte de muchos, por la ira del rey al haberlo olvidado. El Señor le reveló el secreto en una visión. Esta historia lleva a que nos preguntemos: ¿tenemos el hábito de orar?
La Biblia está llena de ejemplos de oración, de las cuales 25 son de nuestro Señor Jesucristo mismo. De estas aprendemos la actitud de humildad que debemos tener al orar, al reconocer el Señorío de Dios y reconocer su voluntad suprema; por tanto, debemos pedir siempre por discernimiento.
A veces el Señor no responde a las oraciones en el momento, otras veces dice que no, y de la Biblia es claro que Dios no escucha la oración de los impíos. Nuestra oración es una expresión de fe, por tanto, cuando oremos debemos tener claro que Dios sí sabe lo que es mejor para nosotros.