En Isaías 41 Dios se presenta como el que sabe el porvenir. Lo hace diciéndole a su pueblo la certeza de los eventos que sucederán unos 150 años después. Los Babilonios los tomarían cautivos, por 70 años. El Señor también les dice que luego de ese tiempo vendría la restauración.
Dios menciona por nombre a la persona que utilizaría para liberar a su pueblo, con más de 200 años de anticipación, se trata del rey Ciro. Dios hace que las cosas anden bien: hizo un plan para salvar a su pueblo, y en ese propósito se valió de un rey pagano. No tenemos de qué gloriarnos.
Cristo murió con el fin de dar a conocer a Dios, para que dejemos atrás los ídolos, quienes no sirven, para nada. Murió para que nos tranquilicemos; sin embargo, a la vez, que nos preocupemos, por lo que nos toca hacer. Dios hace todo, y a la vez, actuamos libremente, ¿cómo entenderlo?