Cristo, durante su vida y por su muerte, cumplió con toda la ley. Esta ley puede dividirse en tres tipos: la primera, la judicial; la segunda, la moral; la tercera, la ceremonial. Es interesante ver qué significa cada uno de estos tipos de ley, y además ver la demostración bíblica de que efectivamente todo fue cumplido por Cristo.
Cumplió la ley judicial, al ser rechazado por los suyos; la moral, durante toda su vida, por la forma como vivió; y la ceremonial, por su tipo de muerte. Al final del sermón surge una pregunta importante, ¿si Cristo ya cumplió con toda la ley, entonces, un cristiano puede hacer lo que quiera? La respuesta es que no. Estamos obligados a cumplir la ley moral.
Afortunadamente, el cumplimiento de la ley moral no es lo que posibilita la salvación del creyente, por el contrario, ésta muestra cómo cada ser humano necesita de la gracia inmensa del Señor Jesucristo. ¿Ha buscado a Cristo? Si ese es el caso, en realidad lo que pasa es que Cristo ya lo redimió. Si no, se le ruego que clame al Señor por ello.