Los diez mandamientos de la ley de Dios inician con cuatro de ellos dirigidos a nuestra responsabilidad hacia Dios, y culmina con seis con respecto a los hombres. Esa distinción original hizo que los judíos de la época de Cristo pensaran que hay unos mandamientos más importantes que otros.
En cierto sentido sí los hay, Jesús mismo dice que el primero y gran mandamiento es amar a Dios, y que el segundo es amar al prójimo; sin embargo, en el pasaje central de este sermón, Mateo 5:17-20, Jesús también dice que todo la ley debe cumplirse, hasta la última jota y tilde.
El problema central que Jesús quiso atacar en ese momento fue la superficialidad de los religiosos de la época. Ellos se enfocaban sólo en lo que hacían o dejaban de hacer. En su lugar, debemos preocuparnos por lo que está en nuestro interior, en el corazón. Así entonces, analice cómo es su justicia ante Dios.