Los fariseos y los escribas se enfocaban en lo externo, mucho se ha dicho al respecto, pero en realidad no son sólo ellos sino que nuestra época no es muy diferente. Este es un problema antiguo, por ejemplo recuérdese al mismo Samuel, que se dejó llevar por la apariencia de los hermanos de David, cuando el Señor había escogido a David para ser ungido rey. Dios no se impresiona por la apariencia, se preocupa es por el corazón.
En Señor Jesucristo, a partir del versículo 20 de Mateo 5 comienza a dar seis afirmaciones, las cuales evidencian lo superficial del entendimiento de la ley en su momento, en contraste con los principios implícitos en la ley de Dios. En este sermón se enfatizan dos aspectos. El primero, llamado el contraste fundamental, por ejemplo cuando dice "oíste que fue dicho... pero yo os digo..."
En el segundo punto se observa que para Dios nuestros pensamientos son igual que los actos. Dios no se queda con lo que puede ver un juez terrenal, sino que ve las intenciones del corazón. ¿Cómo es su obediencia al Señor? Recuerde que Dios nos pide ser perfectos, entonces, ¿cómo hacer para obedecer al Señor? Lo invito a ver la respuesta en Romanos 3:21-22.