“Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre, porque Jehová había resuelto hacerlos morir.” 1 Samuel 2:25
Aquí se está hablando de los hijos de Elí, quienes menospreciaban las ofrendas de Dios, los sacrificios, figuras de Cristo, y se habían entregado al degenero sexual.
Con esta historia aprendemos que cuando alguien ya definitivamente no quiere oir las reprensiones, es porque Dios mismo le ha endurecido el corazón para condenación. Terrible noticia, pero cierta. Dios no puede ser burlado.
Que el Señor sea glorificado.
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