“Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; estos recibirán mayor condenación.” Lucas 20:46-47
Los que mueren en la práctica de la inmoralidad sexual, del robo, homicidio, vicios, desobediencia... Sin duda recibirán horrenda condenación, pero más horrenda condenación recibirán los hipócritas, aquellos que con aparente santidad engañan a multitudes, aquellos que con su apariencia de honradez y con sus palabras no bíblicas o fuera de contexto bíblico (y que las hacen ver como salidas de la boca de Dios), seducen a los inconstantes.
Si en la iglesia, o religión a la que cada uno asiste, no hay una insistencia para que cada miembro sea diligente en escudriñar diariamente toda la Escritura de manera individual, pidiendo con humildad sabiduría directamente a Dios, pero si en lugar de esto hay una insistencia directa o sutil en que se crea a ojo cerrado, sin cuestionar sus enseñanzas, sean orales o escritas, dicha religión, sin duda, está llevando a sus miembros por el camino de la perdición.
“Guardaos...” dice el Señor, “porque estos recibirán mayor condenación.”
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