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Sermones

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Cómo identificar a los falsos maestros

Frank Rodríguez, 9 de octubre de 2016

1 CORINTIOS 15

35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?

36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes.

37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;

38 pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.

39 No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, y otra la de las aves.

40 Y hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero una es la gloria de los celestiales, y otra la de los terrenales.

41 Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.

42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción.

43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder.

44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.

47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

48 Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.

49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.

51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

58 Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

Crisis, las tenemos por todas partes, y la pregunta es cómo enfrentarlas. Parte de la respuesta la encontramos en el libro de Daniel. El rey Nabucodonosor había escrito un edicto dando la orden de matar a todos los sabios en la ciudad de Babilonia, incluido a Daniel y a sus amigos.

Daniel actúo diferente a los demás, poniendo su mirada en Jesucristo, y así tenemos que hacer nosotros. Daniel habló con sabiduría y no perdió el dominio propio ante el capitán encargado de ejecutar la orden del rey. Pero, por sobre todo, Daniel puso su confianza en Dios para actuar.

A su vez, Daniel le contó el problema a sus amigos y pidió que oraran por él. De esta manera se evitó la muerte de muchos. Daniel fue piadoso y nosotros debemos serlo también, debemos habituarnos a acudir a Dios, y ser mansos, más que como Daniel como Jesucristo, nuestro salvador.

 

Cómo se ama al enemigo

Pastor Augusto Ramírez, 22 de febrero de 2015

 

La prueba del carácter cristiano no es la forma como se trata a los amigos, sino cómo se trata al enemigo. Se puede saber sobre la espiritualidad de una persona por lo que hace con las personas que la atacan. Ahí es que se da a conocer el talante de quien se es en realidad. Es decir, cuando se recibe odio, cuando hay persecución, cuando hay crítica.

El Señor Jesucristo, en el pasaje central, se dirige a dos grupos de personas. 1) A los no cristianos, para que sepan que son pecadores, que no están a la altura de la ley, y que necesitan un salvador. 2) A los creyentes, quienes han sido perdonados, y ahora tienen la capacidad de amar, a ellos el Señor les dice que amen.

Es muy interesante ver cómo Jesucristo tiene razón en todo, como nada de lo que dice sobra, y que su sabiduría es grandiosa. En el pasaje de estudio, frase a frase va destruyendo la supuesta justicia de los judíos, y en su lugar muestra cómo ellos en realidad son como los publicanos, quienes eran odiados, o como los gentiles, despreciables para los judíos.


 

Pasaje central: Mateo 5:43-48 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? 47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? 48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

2 Corintios 5

Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.

Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;

pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.

Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.

Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.

Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor

(porque por fe andamos, no por vista);

pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.

Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables.

10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

 

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Versión Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.

** Sermon Virtual

 

Confianza... ni en nosotros, sino en el Señor

Pastor Antonio Orjuela, 2 de noviembre de 2014

 

Mientras todos los caminos de Dios son perfectos, los del hombre distan mucho de serlo. Este hecho debe generar en el cristiano confianza en el Señor, a la vez que debe destruir la confianza en nosotros mismos. Esto, porque con una facilidad increíble resultamos actuando sin tener en cuenta a Dios.

Nos cuesta trabajo aceptar la voluntad de Dios, y a veces, como hizo Pedro en el pasaje central de este sermón, pretendemos saber más que Dios. En el pasaje, Pedro no podía concebir que el Señor sufriera, era inaceptable. Fue bien intencionado, pero mostró que no aceptaba la Palabra de Dios.

Nosotros aceptamos sólo lo que nos conviene. Al hacer eso, con nuestro actuar, decimos, Señor, usted no tiene la razón. Y nuestra resistencia puede hacernos útiles para Satanás. Pero, ¿cómo evitarlo? 1) Confiemos en el Señor, 2) Tengamos precaución con nuestra forma de razonar, 3) Roguemos al Señor, para que nos examine y corrija.


 

Pasaje central: Marcos 8:27-38 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

27 Salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28 Ellos respondieron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas. 29 Entonces él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo. 30 Pero él les mandó que no dijesen esto de él a ninguno.

31 Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días. 32 Esto les decía claramente. Entonces Pedro le tomó aparte y comenzó a reconvenirle. 33 Pero él, volviéndose y mirando a los discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: !Quítate de delante de mí, Satanás! porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.

34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 36 Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

38 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.

 

1 Corintios 11

Abusos en la Cena del Señor

17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.

18 Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.

19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.

20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor.

21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.

22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.

Institución de la Cena del Señor

(Mt. 26.26-29; Mr. 14.22-25; Lc. 22.14-20)

23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;

24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.

25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.

26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

Tomando la Cena indignamente

27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.

29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.

30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen.

31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;

32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

33 Así que, hermanos míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros.

34 Si alguno tuviere hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en orden cuando yo fuere.

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Copyright © 1960 by American Bible Society

Moisés vio con frustración cómo el Faraón en lugar de liberar al pueblo les endureció la carga que ya tenían. En respuesta, Dios se le presenta a Moisés con un nombre que no había usado antes, Jehová. Podríamos preguntarnos equivocadamente si fue que Dios cambió.

Dios no ha cambiado, Él se presenta como el mismo Dios omnipotente que se le apareció a los patriarcas. Sin embargo, en el nombre Jehová se revela un poco más del ser de Dios, en especial en lo que tiene que ver con el pacto con su pueblo. Un pacto que Él no olvidará y que permanece.

Dios no cambia, sino que la revelación que tenemos de Él es progresiva. Este conocimiento es tan importante que es esencial para cumplir con el gran mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas. Por tanto, estudiemos sus atributos. Este conocimiento nos servirá por la eternidad.

 

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Daniel indica el momento en que escribió su libro, en el versículo uno. Además, da el contexto religioso, en el versículo dos. Se indica que el libro fue escrito durante el año tercero del rey Joacim. Este rey fue títere del Faraón de Egipto, pero luego fue vasallo de Nabucodonosor.

Durante 23 años el profeta Jeremías estuvo hablando en contra del rey Joacim, pero él no escuchó. Así que Jehová envió las tropas de Babilonia para destruir a Jerusalén. El pueblo había puesto su confianza en la fuerza del Faraón y no en Dios, y por eso Dios soberanamente los entregó.

¿Estamos en pecado, así como Jerusalén lo estuvo? Nuestro Señor nos llama hoy al arrepentimiento. Que no nos suceda lo mismo que al pueblo en Jerusalén, y que nos llegue la disciplina de repente. Dios exige vidas santas de nuestra parte, porque Cristo murió por nosotros.

Preocupación de la época, los falsos maestros existieron, existen y existirán a través del tiempo. La vida espiritual es una batalla, pero Dios quiere que aprendamos a madurar, para poder luchar contra doctrinas extrañas, destructivas engañosas. Dios nos da las herramientas para hacerlo, Su palabra. Eran Pastores, Obispos, Maestros y Ministros que sutilmente llegan a las Iglesias, parecen cristianos, pero con sus vidas lo niegan, no dan fruto. Debemos estar prevenidos, alerta, pues van a tener éxito. Nuestra responsabilidad es estudiar, conocer y confrontar todas sus enseñanzas con la Biblia. Todos los que buscan con sinceridad la verdad pueden encontrarla para no estar confundidos. Pero ellos serán condenados por Dios.

 

Corramos la carrera de la fe

Pastor Antonio Orjuela, 12 de febrero de 2017


La Biblia de por hecho la existencia de Dios, no busca demostrarla. Los hechos mismos, como la creación, muestran Su existencia. Dios creó todo, incluido al hombre, a quien le dio autoridad sobre la tierra, pero pasaría muy poco tiempo para que este hombre se revelara contra Dios.

Con el pecado entró la muerte, y así cada bendición que Dios había dado a nuestros primeros padres quedó destruida, incluso la tierra sufrió el castigo. La imagen de Dios en el hombre se corrompió. Como resultado Dios los echó del jardín de Edén, y así perdimos la comunión con Él.

Si al momento de la muerte no hemos creído, seremos echados, pero esta vez al lago de fuego eterno, al infierno. Pero hay esperanza: Dios, desde la misma caída, dejó ver su misericordia para con los que amó, y redimió a su pueblo, por medio de la muerte de Cristo, el salvador, en la cruz.

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Culto principal Domingo 11:00 a.m. - 12:10 p.m.
Estudio Bíblico Domingo 4:00 p.m. - 5:00 p.m.
Reunión de oración (Norte) Miércoles 7:00 p.m. - 8:00 p.m
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