Género de Apocalipsis

Arlington Vaca, 19 de julio de 2015

Dios Padre se refiere a Cristo como su siervo, y esto nos recuerda otros pasajes en el mismo libro, donde muestra la salvación de Dios hacia su pueblo, por medio de Cristo. Cristo obró la redención, por medio de su muerte, pero eso no terminó ahí, luego hay celebración de victoria.

La muerte de Cristo, su resurrección, e incluso su nacimiento son hechos inseparables. El Hijo eterno de Dios puso su vida por los pecadores, y luego resucitó. Ahora todo aquel que cree en Él tiene vida eterna. Aquel que entró a Jerusalén en un pollino, está reinando a la diestra del Padre.

Usted puede estar sin Cristo, sin mediador entre usted y Dios, y puede estar todavía confiando en sus ideas, o en las del mundo, el cual no está de acuerdo con el plan de Dios. Si es así, tenga en cuenta que Jesús es el camino la verdad y la vida, y nadie va al Padre sino solo a través de Él.

Gracias por tu gran amor

1. Gracias Dios por la comida, gracias por la luz del sol.
Gracias por el agua fresca, gracias por tu gran amor.

2. Gracias Dios por mis dos ojos, gracias porque puedo andar.
Gracias por mis dos manitas, gracias por tu gran amor.

3. Gracias por la Santa Biblia, gracias por mi Salvador.
Gracias por ser mi Amigo, gracias por tu gran amor.

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Guardaos de los falsos profetas - 1

Pastor Augusto Ramírez, 5 de junio de 2016

El Señor Jesucristo nos da una advertencia clara, guardaos de los falsos profetas. Esta advertencia se ve a través de toda la Biblia; incluso en el Antiguo Testamento se ordenaba matarlos, así de serio es esto. Muchos de estos engañadores aparecen porque la gente no quiere escuchar la verdad, sino que siguen lo que más les gusta.

En este sermón se comienza dando la definición de falso profeta. Como segundo punto se muestra cuál es el peligro con ellos. En tercer lugar se habla de cuál es el engaño de ellos, porque ellos dan su propio mensaje, y no el de Dios. Estos profetas pueden clasificarse en tres grupos: 1) los herejes, 2) los apóstatas, 3) los impostores.

De estos últimos, su interés normalmente es el dinero. El punto final es acerca de la condenación para estos falsos profetas. Ellos serán apartados de Dios, para condenación eterna, pero no solo ellos, sino también los que los escucharon, todos aquellos que se dejaron engañar. Escudriña las escrituras y busca a Jesucristo, el Salvador.

Pasaje central: Mateo 7:15-20 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Guardaos de los falsos profetas - 2

Pastor Augusto Ramírez, 12 de junio de 2016

Luego de hablar de profetas falsos, una idea que puede generarse es que eso significa que también hay profetas verdaderos, aún en el día de hoy, pero no es así. La tarea del profeta es ir y hablar en nombre de otro, particularmente de Dios, y dentro de este grupo están los pastores, y en general todos los que comparten el evangelio.

Para detectar a un profeta falso hay que mirar lo que hace. Primero en cuanto a su carácter, pero a la vez que esta evaluación puede servir para detectar a un profeta falso, puede ser aplicada a nosotros. Es muy fácil que pensemos actuar sobre lo externo, para mostrar un buen cristianismo, pero lo importante está en el corazón.

El segundo aspecto a evaluar son las enseñanzas, ¿se da en ellas todo el consejo de Dios? Si así se debe ver crecimiento espiritual en los que escuchan. Tengamos en cuenta que a nosotros nos podrán engañar, pero no a Dios. Pidamos porque Él nos abra los ojos. Que nos aseguremos frutos, para la gloria de Dios.

Pasaje central: Mateo 7:15-20 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.

Preguntas al libro de Habacuc

Sabemos que el evangelio es un mensaje que recorre toda la Biblia y la unifica, le da un sentido completo. Partiendo de esto, asumimos que el evangelio lo podemos encontrar en todas las páginas de la Biblia. Para ayudarnos a encontrar ese mensaje, haremos unas preguntas al libro que nos ayudarán a entender el evangelio desde la perspectiva de ese libro. Esas preguntas las haremos en este caso al libro de Habacuc, pero podemos y debemos hacerlas a cualquier libro de la Biblia.

Como iglesia disponemos del documento “En pocas palabras” cuyas lecciones las podemos dividir en 4 grandes temas que es el mensaje del evangelio. El evangelio es un mensaje de: 1. Dios, 2. El hombre y el pecado, 3. Jesucristo, 4. La conversión que involucra la fe y el arrepentimiento. Sabiendo esto, entonces respondamos las siguientes preguntas que nos ayudarán a entender el evangelio según Habacuc:

1. ¿Quién es Dios en el libro de Habacuc? ¿Qué atributos de Dios observa? ¿Cómo es y cómo opera Dios?

2. ¿Cómo es el hombre en Habacuc? ¿Qué pecados comete? ¿Qué castigo merece el hombre por sus pecados?

3. ¿Cómo salva Dios en Habacuc? ¿Está Jesucristo en el libro de Habacuc? ¿Jesucristo está profetizado, anunciado, tipificado, representado, anticipado en el libro de Habacuc?

4. ¿Cómo vemos el mensaje de la conversión en Habacuc? ¿Cómo vemos la fe o el arrepentimiento en Habacuc?

5. ¿Qué habla Habacuc sobre el reino de Dios? ¿En qué etapa del reino se encuentra? ¿Cuál es el pueblo, lugar y progreso del reino en Habacuc?

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“He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.” Habacuc 2:4

Como Habacuc anuncia la inminente caída de Judá, y la razón se debía a que casi la totalidad de las personas tenían alma no recta, y los justos eran en extremo escasos, es bueno que hablemos un poco de cada uno de ellos.

1. Los del alma no recta. Ellos adoraban a Dios en el templo, figura del celestial, tenían y escuchaban la ley, pero al mismo tiempo terminaban adorando a todo dios falso que se les presentaba, y absorbían con facilidad toda creencia errada. Ese estado espiritual, no recto, se reflejaba en el trato para con Dios y para con el prójimo. Para con Dios, su rechazo total a los mensajes divinos anunciados por los profetas, y para con el prójimo buscando cada uno lo suyo. Es claro, entonces, que ellos no se guiaban por lo que Dios les ordenaba, sino por lo que en su propia voluntad querían, esto es enorgullecerse, ser su propio dios, y lanzarse al abismo de la destrucción. Cuando nosotros hacemos nuestra propia voluntad y no lo que Dios en sus Escrituras nos ordena, nos estamos enorgulleciendo, enalteciendo, divinizando; algo que trae como consecuencia la inminente la caída. La práctica del orgullo es clara señal de que en nuestro corazón hay creencias erradas, que no somos rectos, y que si escuchamos la Palabra de Dios somos meramente oidores y no hacedores de ella, es señal de que estamos aún muertos en nuestros delitos y pecados.

2. Los justos. En este diminuto grupo de personas encontramos a Habacuc, Jeremías, entre otros. Sus vidas eran totalmente opuestas a la de los anteriores. Pero es necesario recordar que ellos ni nadie eran o son justos o inocentes, ni de que actuaban con rectitud delante de Dios por sus propias capacidades. Una persona es justa, en primer lugar, cuando Dios en su gracia coloca la obediencia de Cristo en su favor y por tanto lo declara inocente delante de Él; y en segundo lugar cuando le aplica la salvación alcanzada por Cristo haciéndolo nacer de nuevo, creándolo de nuevo, para que por la obra del Espíritu Santo en su vida pueda obedecer. Este justo ya no se guía, como los de alma no recta, por su propia voluntad, sino por el don de la fe que Dios mismo colocó en su corazón para creer de la manera correcta, y se evidencia por la obediencia a la Palabra de Dios. Miremos nuestro mundo actual, ¿cuál creen que es la proporción de los que no tienen alma recta y de los que son justos? ¿Entendemos por qué nuestro mundo se está dirigiendo vertiginosamente al colapso definitivo? Y nosotros, ¿a cuál grupo pertenecemos?

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Habladores versus hacedores - 1

Pastor Augusto Ramírez, 19 de junio de 2016

El Señor Jesucristo nos demanda en este pasaje que consideremos si vamos a entrar por la puerta estrecha, lo cual dicho de otra forma es contestar a la pregunta, ¿qué vamos a hacer con todo lo que se nos ha dicho en el Sermón del Monte? El Señor, ante todo, quiere obediencia, que demos buenos frutos, que actuemos bien.

Ya no se está advirtiendo en contra del falso profeta, sino ahora es en contra del falso profesante, entonces, ¿somos o no somos de Jesucristo? Debemos confesar a Cristo como nuestro Señor, pero no debemos parar ahí, además de eso debemos confiar en Él. No se trata solo de hacer cosas externas; solo eso no indica vida espiritual.

La fe genuina produce obediencia a la voluntad de Dios. La voluntad del Señor es que nosotros creamos en Cristo, y que nos sometamos a Él. No se trata de hacer obras, o de dar dinero, se trata de tener confianza en Cristo como salvador de nuestras vidas. Al respecto de esta confianza tendremos que responder el día del juicio.

Pasaje central: Mateo 7:21-23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Habladores versus hacedores - 2

Pastor Augusto Ramírez, 10 de julio de 2016

Este pasaje está dirigido a los que profesan a Dios y que aun así terminan en condenación. Esto indica que existe un peligro alto de auto engañarnos; esto, cuando la tranquilidad del profesante para salvación está en hacer lo correcto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que 1) una profesión de fe, sin obras, es una fe muerta.

No es posible ser justificado por la fe y no actuar. Lo que sí se puede es caer en hipocresía, por ejemplo confiando en lo que decimos para salvarnos. En contraste, 2) un despliegue de obras, sin fe, es considerado como poco menos que trapos de inmundicia. Un ejemplo de este caso es Judas Iscariote, quien fue contado entre los doce.

Lo que Dios espera de nosotros es que creamos en su hijo, Jesucristo, que nos amemos unos a otros y que guardemos sus mandamientos, para lo cual debemos estarnos examinando en todo momento. Al que no actúa según el mismo Señor exige, Dios lo declarará como no conocido, lo que indica que no es de su pueblo amado.

Pasaje central: Mateo 7:21-23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

Programa radial: Tertulia Teológica

Los padres apostólicos - Hacia el siglo cuarto - 1

Episodio 026, 29 de noviembre de 2016

Director: Pastor Helberth Conde

Invitado: Joel Zartman

Programa radial: Tertulia Teológica

Los padres apostólicos - Hacia el siglo cuarto - 2

Episodio 026, 28 de noviembre de 2016

Director: Pastor Helberth Conde

Invitado: Joel Zartman

“¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?” Hageo 1:4

Conforme a las Escrituras, por decreto del rey medo-persa Ciro, muchos israelitas volvieron del cautiverio para reedificar el templo en Jerusalén. Al tratar de hacerlo encontraron una terrible oposición, a punto tal que les tocó desistir en su propósito, (Esdras 1-4) ¿Qué hicieron los judíos? ¿buscaron a Dios para que les ayudase? No, se acomodaron a la situación y se dedicaron solo a buscar sus intereses materiales, trayendo sobre sí miseria; pues su real bienestar estaba en restaurar su comunión con Dios con la reconstrucción del templo, figura del celestial. Dios usó a Hageo para hacerlos salir de su letargo y reiniciar, para su bien, la obra.

Hoy, el templo es la iglesia, pero entiéndase por iglesia al conjunto de personas que por la obra hecha por Cristo son adheridas a Él, momento también llamado nuevo nacimiento. El cuerpo en su totalidad es llamado templo de Dios (1 Co. 3:16-17), mas también cada miembro es llamado templo del Espíritu Santo (1 Co. 6:19). El templo en su totalidad necesita, así como el templo de Jerusalén necesitó, ser edificado. ¿Quién lo hace? Dios lo hace, y Él promete perfeccionar a cada miembro, para que su iglesia en conjunto sea perfecta (Fil. 1:6) Pero, ¿cómo lo hace? Trabajando con todos sus atributos mediante su santísima Palabra; en primer lugar, pasando de muerte a vida a sus escogidos esparcidos por todo el mundo (Ef. 2:1-2; Ap. 7:9), y en segundo lugar, haciendo que todos lleguen a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4:10-16).

Ahora, aunque la obra es 100% de Dios, y toda la gloria es para Él, algo no debemos pasar por alto, Él usa a cada uno de sus miembros, llamados también piedras vivas de acuerdo con su don para edificar su casa espiritual (1 P. 2:4-5) Mas estas piedras vivas, aunque nuevas criaturas, aun poseen el viejo hombre, contra quien tienen una lucha sin cuartel (Gal. 5:16-17; Ro. 7:7-25), ¿y qué con ello? Pues que en esa lucha, tal como aconteció con los judíos, si se mira más lo que hace el enemigo que lo que Dios hace, puede llegar el desánimo y caer en la tentación de ser negligente en lo que es prioritario, su edificación espiritual, y dar importancia casi que solo a lo que es temporal, trayendo como resultado una vida miserable, sin gusto, sin alegría, vencidos cuando deberían ser vencedores.

¿Está pasando esto con alguno de ustedes? si en verdad es un hijo de Dios, si el Espíritu Santo mora en verdad en usted, ¿continuará en esa vida miserable? ¿No se humillará como los judíos, y continuará buscando la perfección? Si no lo hace usted no es de Dios, pero si lo hace, Dios está en usted, y las palabras dichas a los judíos también son para usted: “…Yo estoy con vosotros, dice Jehová.” Hageo 1:13

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Hay victoria

Hay victoria para mí,
Hay victoria para mí,
Por la sangre del Cordero,
Hay victoria para mí.

Vencer, vencer, vencer, vencer,
Por la sangre del Cordero,
Yo venceré.

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