Pastor Joel Zartman, 24 de Julio de 2011
De la encarnación de una raza casi muerta, nace uno sin mancha alguna, nace el hijo de la promesa, esta es la maravilla de la encarnación del evangelio y de toda la obra de Dios, es decir, que los muertos viven y dan a luz, que los extraviados encuentran a Dios en el desierto, que Dios, en Cristo, se humilló para rescatarnos de la esclavitud del pecado, como lo hizo con la familia de Abraham.