En el texto hay una palabra que se repite tres veces, y es central a la idea que quiere transmitir el apóstol en el cierre de esta carta, es la palabra “sabemos”. Esta palabra indica que hemos experimentado algo, o que hemos revisado con atención, que conocemos por experiencia.
“Sabemos” de la obra de Cristo en nosotros. Ese conocimiento que tenemos, lo tenemos por fe, pero también se desprende de la experiencia, y eso se convierte en nuestro gozo. La primera idea que plantea es que nosotros no practicamos el pecado, porque el hijo de Dios nos guarda.
Nosotros sabemos que procedemos de Dios; por el contrario, el mundo a nuestro alrededor está bajo la influencia del maligno. Por esto trata de que hagamos lo malo, y nuestro deber es levantar muros contra el pecado. El último “sabemos” es que estamos en Él, sabemos que vivimos en Él.