Pastor Carlos Rocha
Adán fue echado del edén, y así perdió la comunión con Dios. En contraste con Adán, el Señor Jesucristo es un ser divino, quien vino a reestablecer la comunión que el hombre había perdido. Juan, el apóstol, muestra a este Jesús como una realidad histórica; fue algo verídico.
Ese Cristo vino para consumar la obra redentora, y Juan y los demás apóstoles, no solo lo vieron a Él, sino lo tocaron; antes y después de la resurrección, ¡qué honor el que tuvieron! Pero ese privilegio también lo tendremos todos los creyentes, habiendo sido objetos de la gracia del Padre.
Ahora, ¿para qué tenían los apóstoles que ver a Cristo? Pues para contarlo: fueron enviados a predicar las buenas nuevas; y hoy, 2000 años después, escuchamos ese evangelio, y no por casualidad usted lo escucha hoy. Es para que reestablezca esa relación perdida desde el Génesis.