Abraham sale de su tierra, lleva 25 años como forastero y peregrino, en busca de una mejor tierra, teniendo fe, en algo que no ha visto; espera en la morada celestial, prometida por Dios. Nunca pensó en regresar. Situación en la que debe encontrarse todo creyente, peregrino, buscando las cosas de arriba.
Abimelec va en busca de Abraham, para hacer un pacto, y reconoce que Dios ha estado con el todo el tiempo, le tiene respeto. Le pide que no le vuelva a mentir ni a él ni a nadie de su descendencia. Viene acompañado con el príncipe de su ejército y trata a Abraham como jefe de estado. Las promesas del Dios Eterno, el Dios de las edades se cumplen. Podemos descansar en Dios. Dios cumple sus promesas.