Creemos en Solo Cristo
Esto sigue del punto anterior, pues, no existe otro Salvador sino solo Él. No hace falta otro. Lo que Él hizo en la cruz fue suficiente, perfecto y eficaz. Pagó todo. Compró todo lo que el pecador necesita. No sólo consiguió el perdón de pecados, sino también toda bendición espiritual. Consiguió a favor de su pueblo el don del Espíritu Santo, y es este Espíritu de Cristo que obra en los pecadores muertos para que vivan espiritualmente y puedan creer en Cristo para ser absueltos de sus pecados.
Cristo no pagó parcialmente, dejando al hombre impotente y condenado que pusiera de su parte. Al pagar todo, todos aquellos por quienes pagó resultan o resultarán vivificados y creyendo en Cristo. Es imposible que alguno por quien Cristo pagó perezca. Dios es justo, y siendo que Cristo cargó con el pecado de su pueblo, ahora Dios en justicia perdonará a todo aquel por quien pagó, llevándolos a creer en Él. Él en la cruz obtuvo la eterna redención. ¡Qué maravilloso Salvador es Jesucristo! No hay necesidad de algún aporte nuestro ni en este momento ni nunca, para nuestra justificación, pues Cristo ya cumplió toda justicia.
Podemos descansar completa y seguramente en su obra perfecta. No hay necesidad de otros mediadores o redentores. Nuestras obras en nada añaden a lo que Cristo logró hace casi 2000 años. El que cree en mí, dijo Cristo, tiene vida eterna. Por supuesto, todos aquellos que por la fe se encuentran en unión con Cristo andan por amor a Cristo en santidad y en la obediencia de buenas obras.