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Lo que nuestra iglesia cree y enseña con respecto a la doctrina

Con respecto a la doctrina Cc by nd icon.svg

Tenemos como dogma o confesión de fe, la Confesión Bautista de fe de 1689.

Recomendamos que los interesados soliciten dicho documento y que lo lean con cuidado. Claro, creemos en la santísima trinidad. Creemos que Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, fue y es verdadero Dios y a la vez verdadero hombre. Creemos en la justificación por la sola fe en Cristo, por razón de la obra que Cristo hizo en la cruz y por razón de su justicia que es atribuida al hombre creyente en Él. Por ser contraria a la enseñanza bíblica, rechazamos la idea de que el hombre se salva por medio de sus propias obras.

Más allá del breve resumen del párrafo anterior, señalamos a continuación algunas enseñanzas que no son muy reconocidas por muchas iglesias actualmente. Para más explicación sobre las mismas, le rogamos que examina la Confesión Bautista de Fe de 1689. (Esto Creemos)

1. La Biblia es la única palabra absoluta de Dios para su pueblo ahora. No hay revelaciones, visiones y profecías adicionales. No hay profetas ahora, sino en el sentido de los predicadores que proclaman y explican la Biblia. El Espíritu Santo hace que la entendamos y la obedezcamos. No hay apóstoles ahora, pues la función de ellos fue dejar en forma escrita la Biblia, como fundamento para la iglesia. Jesucristo, el Verbo de Dios, vino con la revelación completa y final para su iglesia. Esperar otra revelación adicional es negar la obra completa, eficaz, y suficiente de Jesucristo, de su Espíritu y de los apóstoles para guiar a su pueblo en su conducta y creencia.

2. Como no hay apóstoles ahora, sino que la iglesia se fundamenta en las Escrituras dejadas por los Doce, tampoco hay “las señales de los apóstoles”. Los dones de sanidad, de lenguas, de milagros, de señales, etc. No son para estos tiempos, pues no son necesarios. Ya cumplieron su propósito de confirmar a los apóstoles como voceros de Dios.

3. Todo ser humano desde Adán en adelante es pecador, no sólo porque peca, sino porque nació ya caído en aquel pecado original. Una consecuencia de esta caída es que nadie ahora tiene libre albedrío para poder escoger creer en Cristo y ser salvo. Todo ser humano hace lo que hace libremente, pero controlado por la naturaleza pecaminosa que ahora tiene.

4. Dios, desde antes del fundamento del mundo, eligió a algunos pecadores (no todos) para creer en Cristo y ser salvos. Esta elección divina se debía a la buena voluntad de Dios, y Él la decretó sin ver nada en el hombre que mereciera semejante favor. Dios no eligió a algunos porque vio que algún día iban a creer, sino que los eligió para que creyeran. A los seres humanos no elegidos, Dios sencillamente resolvió dejarlos en su pecado para recibir la justa retribución que el mismo merece.

5. Cristo vino para dar su vida en rescate por muchos, es decir, exclusivamente por los elegidos. Pagó el pecado de todo su pueblo, no el pecado de todo el mundo. Su muerte fue de naturaleza vicaria, y, por lo tanto, todos aquellos en lugar de quienes pagó, necesariamente serán salvos, pues es imposible que habiendo pagado Cristo la cuenta, Dios exija que los pecadores por quienes pagó, paguen también.

6. El Espíritu Santo ahora, siendo Dios mismo, la tercera persona de la trinidad, da vida espiritual a todos aquellos por quienes Cristo pagó, de tal manera que nacidos de nuevo, crean en Cristo para justificación. Ninguno de estos que el Espíritu vivifica, ni pueden ni quieren resistir esta gracia regeneradora.

7. La obra trina de salvación es de tal naturaleza que, sin excepción, los elegidos, redimidos y regenerados, creados en Cristo Jesús para buenas obras, viven en santidad para la gloria de Dios y según la ley de Dios. Así siguen hasta el fin, esforzándose para agradar a su salvador. No se pierde ninguno de aquellos por quienes Cristo murió.

8. La teoría del “cristiano carnal”, la cual dice que el ser humano puede ser salvo y a la vez seguir viviendo como acostumbra y sintiendo gusto en el pecado, no es bíblica. Todo creyente verdadero en Cristo es santo en alguna medida obvia y visible, tomando en cuenta el curso general de su vida, y que si bien nunca será perfecto en esta vida, su anhelo y esfuerzo son con el ánimo sincero de perfeccionar la santidad en el temor de Dios.

9. La teoría de una “segunda bendición” para el creyente después de convertirse a Cristo, tampoco es bíblica. Sí, el creyente, haciendo uso de los medios de gracia, por la misericordia de Dios, gozará de muchas bendiciones a través de su vida por las cuales podrá crecer y llegar a ser más y más a la estatura de Cristo.

10. La ley de Dios, resumida en los 10 mandamientos, es la regla de conducta para el cristiano. Debe meditarla día y noche. Ninguno se salva por guardar esta norma, pero al ser salvo por Cristo, se guía por ella para mostrar amor y gratitud a Dios.

11. Todo cristiano goza del bautismo del Espíritu Santo, al ser regenerado por Él. Es decir, en Cristo, por la fe en Cristo, todo creyente ya está completo, si bien aún sigue creciendo en la plenitud que ya goza.

12. El reino de Dios ya llegó al mundo al llegar Cristo, y al obrar Él la salvación de su pueblo, pero este reino aún no está en su forma final y definitiva. El cristiano, negándose a sí mismo, se esfuerza continuamente y con todo su ser a favor del reino de Dios.

13. Nadie sabe ni el día ni la hora de la segunda venida de Cristo, y es en vano todo intento de fijar una fecha para la misma.

14. El reino de Dios llegará en su plenitud cuando Cristo venga por segunda vez. En aquel día, el “Día del Señor”, habrá la resurrección del cuerpo de todos (no existe la reencarnación), el juicio del gran trono blanco (el final), los cielos nuevos y la tierra nueva, la felicidad eterna de los santos en gloria, y el castigo eterno y consciente de los impenitentes en el infierno.

15. El milenio, los mil años de Apocalipsis capítulo 20, comenzó con la primera venida de Cristo, y terminará con su segunda venida. Los mil años no son literalmente mil años, sino un tiempo simbólico. Es al terminar el milenio que Cristo viene otra vez.

16. El pueblo elegido de Dios es ahora la iglesia, no la nación de Israel, aunque Dios tiene para muchos judíos en el porvenir bendiciones especiales. Gozarán como judíos pero como miembros de la iglesia cristiana y no como pueblo aparte de ella. Su vida y culto para Dios van según las mismas normas de los demás miembros gentiles de la iglesia.

En todos estos asuntos anteriores (y otros), damos la bienvenida a las preguntas e inquietudes. Lo anterior no es una relación completa de la doctrina cristiana, sino, repetimos, el intento de señalar algunos puntos posiblemente nuevos para las personas en la actualidad. Es importante que una persona entienda quiénes y cómo es la Iglesia Cristiana Gracia y Amor antes de unirse formalmente con ella.


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