1. Una persona se hace miembro de la Iglesia Cristiana Gracia y Amor por una de dos maneras:
a. Por el Bautismo. Al ser bautizada la persona, se hace miembro sin más formalismos.
b. Por transferencia de su membresía de otra iglesia.
2. El proceso de hacerse miembro:
La persona debe hablar con alguno de los pastores, o, preferiblemente, presentar una carta con la solicitud, para comunicarle su deseo o del bautismo o de transferencia de su afiliación.
3. Los que solicitan el bautismo, bajo la dirección de los pastores, deben recibir una instrucción que titulamos “Ocho pasos para el bautismo”. Estos ocho pasos son una serie de explicaciones o lecturas que indican qué significa y qué implica el bautismo. Los pastores buscan ayudar al solicitante a discernir si es en verdad creyente en Cristo o no.
4. Los que solicitan ser miembros por transferencia deben presentar carta de la iglesia de donde vienen, la cual debe certificar el hecho de haber sido bautizados y de estar en paz con ella. Habrán casos cuando es imposible presentar tal certificación. En éstos, los pastores estudian cada caso según sus propios méritos. Por lo regular los pastores buscan hablar con los pastores de las comunidades de donde viene el candidato. Deben existir razones legítimas de doctrina, de conducta deficiente, o de particularidades personales que justifican que una persona cambie de iglesia, pero no todo cambio es sano, y queremos evitar equivocaciones en esto. No es nuestro propósito atraer a nuestra iglesia miembros de otras, sin con una causa razonable. Muchas veces las personas abandonan sus congregaciones por disgustos o descontentos solamente personales, o por una conducta que ha sido censurada pero no corregida. Nuestra iglesia no es perfecta, y si los miembros no están dispuestos a aceptarla tal como es, y a la vez a esforzarse paciente y prudentemente para su progreso, luego no deben hacerse miembros.
5. Los que solicitan ser miembros son presentados a la congregación como candidatos en una reunión ordinaria de negocios de la iglesia. Si dentro de un tiempo breve y prudente después, ningún miembro presenta inquietudes con respecto a la solicitud del candidato, es bautizado o es recibido formalmente como miembro por transferencia.
6. Si con el tiempo, un miembro de la iglesia se ve en desacuerdo con ella, debe charlar con los pastores primero. Luego, con la guía de ellos, puede en casos importantes, convocar una reunión de la iglesia para tratar el punto de desacuerdo. Si después de una discusión equilibrada y cordial, el desacuerdo persiste, la persona o debe someterse o debe despedirse pacíficamente, cuidando de preservar la unidad de la iglesia.
7. En casos de discordia conflictiva o de escándalo pecaminoso, la iglesia debe ejercer la disciplina, siguiendo en general la enseñanza de Mateo 18:15-22. El propósito de esta disciplina es ganar a la persona para reconciliación. Pero en el caso de no resultar, luego queda la excomunión. La persona que no quiera reconocer su pecado y no quiera arrepentirse, dando frutos de arrepentimiento, y en reunión de miembros solamente, debe ser públicamente quitada de la lista de miembros de la iglesia.
8. La persona que se hace miembro de la iglesia se compromete con ella para formar comunidad con los demás miembros. Esto, por supuesto, implica asistencia, compañerismo, participación, y el uso de los dones para el bien de todos. ¿Para qué hacerse miembro para sólo asistir de vez en cuando? ¿Para qué ser miembro de una institución cuando no hay voluntad de adelantar la vida y el programa de la misma? Claro, pensar así no tiene sentido. Aun menos sentido tiene cuando se trata de la iglesia de Cristo mediante la cual Cristo quiere bendecir a su pueblo y darse a conocer en el evangelio al mundo. Así, pues, hacerse miembro quiere decir compromiso. Rogamos a las personas que soliciten ser miembros que piensen seriamente su compromiso con Cristo y la iglesia antes de hacerse miembros; a entender bien cuál es el programa y la vida de la iglesia para saber si realmente hay compromiso con Cristo o no.