Reseña del libro. Tenemos la tendencia de querer reducir a Dios, de intentar rebajarlo a las dimensiones que podamos manejar y domesticar, y esto para que Dios sea menos exigente. Este libro ofrece una mirada fresca a un tema de suprema importancia.
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El Dios que adoramos
Autor: Gerald Nyenhuis, Casa editorial: Editoral Unit (FLET. Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos)
Tenemos la tendencia de querer reducir a Dios, de intentar rebajarlo a las dimensiones que podamos manejar y domesticar, y esto para que Dios sea menos exigente.
Este libro ofrece una mirada fresca a un tema de suprema importancia. Es importante porque si no conocemos al Dios verdadero, si hablamos de Dios erróneamente, si hablamos de Dios con parcialidad o distorsión; luego resultamos en alguna medida hablando de un dios falso, y de todas maneras, hablando mal de Dios. No podemos permitirnos la libertad de imprecisión en esto como si Dios fuera un camaleón cambiando de colores según el concepto que cada uno tenga. Dios es como es, no como uno lo conciba, a no ser que la concepción va de acuerdo con las Escrituras. Fuimos hechos a la imagen suya, y no debemos intentar hacerle a imagen de una lógica distorsionada o mal informada.
A continuación, unas citas breves del libro para que saborea algo de sus delicias:
“Nada nos caracteriza tanto como lo que tenemos en la mente cuando pensamos en Dios. La idea que tenemos de Dios se refleja en nuestra personalidad, formándola o transformándola... La idea que tengamos de Dios es muy importante, pero más importante aun es que esa idea corresponda a lo que Dios realmente es.”
“Podemos adorar a Dios solamente si lo conocemos. Conocemos a Dios porque está en su naturaleza revelarse... La adoración depende de que nuestros conceptos de Dios correspondan a las pautas dadas en su revelación. De no ser así, lo que adoramos puede ser algo muy diferente de Dios. El hecho de que pensemos que algo es Dios y que lo adoremos como si fuera Dios no es prueba de que lo que adoramos sea verdaderamente Dios. Existe el peligro de que lo que adoramos no sea Dios.”
“Más bien la esencia de la idolatría consiste en mantener ideas acerca de Dios que no sean dignas de Él.”
“La creación de Dios llegó a existir para la gloria de Dios. Ella, en su totalidad, glorifica a Dios cumpliendo con su voluntad. Aun las criaturas rebeldes, a la larga, tendrán que cumplir con los propósitos de Dios y, de esta manera, glorificar a Dios cumpliendo su voluntad, aunque algunas de sus criaturas lo hagan en contra de su propia voluntad, o, mejor dicho, a pesar de su propia voluntad; los ángeles caídos, por ejemplo.”
“De los atributos comunicables de Dios uno de los principales (en cuanto a la impresión que deja en nosotros, pues nadie puede postular una jerarquía de los atributos de Dios, afirmando que unos son más importantes o básicos que otros) es el amor. El amor de Dios es considerado como el atributo central de Dios. Es cierto que este atributo califica a todos los otros, pero no debemos olvidar que todos los demás también califican al amor. Tenemos que interpretar todos los atributos en relación con el amor de Dios, pero, a la vez, tenemos que Interpretar el amor de Dios a la luz de todos los otros atributos. No entendemos el amor de Dios sino a la luz de todo su ser, y el amor no caracteriza su naturaleza más que los otros atributos.”
El texto que escribió el señor Nyenhuis es de 94 páginas, tratando de Dios, sus atributos, etc., y además hay otras 50 páginas de apéndices muy útiles de distintos autores sobre el mismo tema, incluyendo un sermón de Timothy Dwight, predicador americano colonial en el siglo 18, el cual pone ejemplo de cómo predicar sobre el carácter de Dios.
Como todos los textos de FLET, este trae una sección, guía de estudio, bastante extensa, y además sugerencias para estudiar cada capítulo en grupo.
Libros como este señalan el camino a la reforma y al avivamiento que la iglesia tanto necesita en este momento y siempre.
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