Reseña del libro. Se lo recomiendo, hermano. Por ejemplo, en el capítulo tres del libro, el autor trata sobre el decreto de Dios y el problema de la relación de este decreto con la libertad humana.
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Visión cristiana del hombre
Por estos días, pusimos una tarea a los profesores del Colegio Cristiano Gracia y Amor. Es la de leer y analizar el libro visión cristiana del hombre, por J. Greshan Machen. Creemos necesario que los profesores de nuestros hijos entiendan el mundo que explican, y, además, que entiendan a los niños a quienes enseñan. Si no, la tarea pedagógica fracasa. Fracasa porque no estarán enseñando toda la verdad, y los niños aprenderán a interpretar su mundo y su existencia a medias, lo cual es un enfoque erróneo. Es obvio que no todo lo que enseñarán resultará erróneo en sí, pero si no toman en cuenta toda la realidad, luego lo que enseñan quedará suspendido en un vacío. El libro asignado presenta los datos básicos del mundo y del hombre. Es decir, enseña sobre Dios, porque sin entender a Dios y cómo es, es imposible entender el mundo que Él creó, incluyendo por supuesto al hombre hecho a su imagen.
Si el libro es importante para profesores de colegio, lo es también para nosotros. Se lo recomiendo, hermano. Por ejemplo, en el capítulo tres del libro, el autor trata sobre el decreto de Dios y el problema de la relación de este decreto con la libertad humana. No me pongo a exponer todo el contenido del libro, sino que le insto a leerlo a usted mismo, para enterarse de lo esencial del tema. De hecho, si uno no enseña sobre Dios de acuerdo con la enseñanza bíblica, realmente ofende a Dios, porque representa a Dios de manera falsa. El Dios que así es presentado no es el Dios verdadero en todo su ser. Citando el libro, p. 30. el autor pregunta:
¿Cuánto abarca ese propósito eterno de Dios?
La verdadera respuesta a esta pregunta es muy sencilla. La verdadera respuesta es “todo”. Todo lo que sucede está incluido en el propósito eterno de Dios; nada sucede que no entre en este pian eterno.
¿Hermano, enseña usted que así es? Si no, no representa adecuadamente al Dios verdadero y no tiene palabra segura de esperanza para ofrecer a los feligreses que pastorea.
A veces como que me desespero, porque algunos, sin haber investigado el tema que el libro presenta, sencillamente se desentienden de él, y lo hacen con la respuesta facilísima de que estas cuestiones son cuestiones “calvinistas” y sin importancia para la salud espiritual del creyente y para el crecimiento de la iglesia Dicen que son dañinas más bien ¡Cómo si el calvinista estuviera entregado a defender los decretos de Dios como punto aislado de todo lo demás que Dios dice! No, el calvinista habla de los decretos porque le interesa mantener la realidad de la gloria de Dios. Afirma primero y último que Dios es Dios, que Dios obra según su voluntad, su poder, su sabiduría y las demás virtudes, todo en conjunción constante, que Dios no puede renunciar a ninguna de sus virtudes sin dejar de ser Dios. Si no es Dios con todas sus virtudes, no es Dios. Puede que sea “un” dios, pero no es “el” Dios, y sin “el” Dios, no hay salvación; todo anda al azar y según la casualidad o el fatalismo. El desenlace final de la historia, si es que lo va a haber, sería totalmente desconocido, y así, sería de todos modos sin importancia, pues no habría esperanza de ningún cambio o control. Sólo en manos del Dios bueno, sabio, soberano; personal y poderoso puede haber orden y esperanza.
Pensar en estos asuntos como el libro hace, no es sólo ocuparnos de Dios fríamente con el intelecto, sino que es deleitarnos en este Dios, descansar en la gloria de su ser y de su poder, y saber que no sólo cumplirá su voluntad, sino que está cumpliéndola ahora mismo. En este conocimiento nos fortalecemos. No es un Dios severo y arbitrario, sino bueno y sabio, tanto en su amor como en su justicia y en todas sus virtudes.
Por favor, lea el libro. Sin la verdad bíblica que enseña, no hay evangelio, no hay orden y no hay sentido en la vida. Como dice el autor en la página 52, Dios no los escogió porque creyeron: sino que pudieron creer porque Dios los escogió. El que no entiende esto no ha entendido algo que está en la misma entraña de la Biblia; no ha entendido el verdadero significado de la gracia de Dios. Por lo tanto, el predicador que no predique el evangelio de acuerdo con lo que este libro enseña, no predica en verdad el evangelio. De allí la seriedad del tema.
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