¿Por qué es importante que comencemos con Dios? Bueno, podemos decir muchas cosas, pero para nuestro propósito, solo vamos a mencionar tres razones: la primera, que Dios desea que le conozcamos, (vea Jeremías 9:23-24); la segunda, que la Biblia declara que poseer el conocimiento adecuado de Dios es sinónimo de tener la vida eterna, (vea, Juan 17:3); la última razón, relacionada con la anterior, que no conocer a Dios es condenación eterna, (vea 2 Tesalonicenses 1:7-9).
Ahora bien, la existencia de Dios no puede demostrarse científicamente a conformidad de todos. La Biblia misma no demuestra la existencia de Dios, sino que la asume. Simplemente presupone su existir y empieza el majestuoso relato con estas palabras: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Génesis 1:1. Si bien es posible conocer algunas cualidades de Dios observando la creación, según declara el salmista: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.” Salmos 19:1; sumado al testimonio que da nuestra propia conciencia (Romanos 2:14-15); sin embargo, el conocimiento verdadero y más completo de Dios proviene de la Biblia misma, no a manera de comprobación científica, sino a manera del reconocimiento de su existencia. Entonces, la voz de la naturaleza en la creación y la voz de la conciencia, proclaman fuertemente la existencia de un Dios eterno, verdadero y viviente. Y de este modo, desde una perspectiva práctica, no hay ninguna necesidad de probar la existencia de Dios. Hermann Body, en la pág. 40 de su obra “La Doctrina de Dios”, escribe: “La Biblia no hace ningún intento de probar la existencia de Dios, simplemente lo asume. Y presupone todo el tiempo que el hombre tiene una idea imborrable de esto y que él tiene un cierto conocimiento del Ser de Dios.”
De otra parte, para conocer al Dios verdadero, es imprescindible que Él mismo se nos dé a conocer a la mente y al alma. Como cristianos aceptamos una verdad fundamental basada en la única fuente fidedigna y suficiente, la Biblia, y es que Dios existe, y todo lo demás adquiere sentido. Pero para entender esto, como dice el libro de Hebreos, se necesita fe; pero no la fe del hombre, sino la que solo viene de Dios, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6
No es un mero accidente que las primeras palabras de la Biblia sean: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1; Salmos 8:1,3-4; Hechos 4:24; Colosenses 1:16; Apocalipsis 10:6). Las cosas que ahora existen no acontecieron accidentalmente, ¡fueron planeadas y creadas por el Dios Todopoderoso! Él hizo el cielo y la tierra, el sol, la luna, las estrellas, los planetas, las aves, el reino animal y todo lo que existe. ¡Todas las cosas fueron hechas por Él y para Él y el período de tiempo que Él tomó para crearlas fue de seis días!
¡La corona de toda la creación de Dios es el hombre!
“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” Génesis 2:7
Esta enseñanza bíblica de la creación por el acto directo de Dios significa que usted y el mundo le pertenecen a Él. Dios es quien sustenta todas las cosas. Él es Soberano, independiente de usted y del mundo; sin embargo, usted y el mundo sí dependen de Dios. Usted es de Su propiedad y Él tiene autoridad sobre su vida, porque Él lo hizo. Esta verdad de la creación es la puerta a todas las otras verdades divinas.
Pero, ¿quién es exactamente este Dios que creó todas las cosas?
Él es el único ser que es absolutamente eterno. (Salmos 90:2; 93:2; Deuteronomio 33:27). Su vida nunca tuvo principio ni tendrá fin. Job dice que “ni se puede seguir la huella de sus años.” Job 36:26. ¡Nunca ha habido un tiempo durante el cual Dios no haya existido! Como Dios mismo le dijo a Isaías, “...antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí.”, “...Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.”, “...No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno.” (Isaías 43:10; 44:6 y 8) Él es el único que siempre ha sido, que es y será para siempre.
Preguntas de reflexión:
1. ¿Afirma, o no, la Biblia la existencia de Dios?
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2. De acuerdo con Isaías 42:5, ¿quién habla, y qué dice de sí mismo?
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3. Según Salmos 100:3, ¿cuál es la invitación que se nos hace?
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4. Lea Isaías 43:21, Romanos 11:36; Apocalipsis 4:11. Según los versículos anteriores, ¿con cuál propósito Dios lo hizo a usted y a todas las cosas?
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5. De acuerdo con Marcos 12:30, Juan 14:21-23; Romanos 12:1-2, ¿cómo puede usted glorificar a Dios?
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Versión para tomar notas, en pdf (3 páginas)