Desde el punto de vista bíblico, el matrimonio no sólo es un compromiso entre un hombre y una mujer. Si el matrimonio se quedara ahí, entonces cada pareja tendría el derecho a establecer sus propios principios, así como las normas y los objetivos de esta relación; tendrían el derecho a iniciarlo o terminarlo cuando quisieran, y por las razones que fuera.
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