Jesús debió tomar el lugar que nos correspondía en la cruz, por este motivo el Padre le abandonó, ya que la Santidad de Dios no permite pecado delante de su presencia. Por esto Jesús oró intensamente pidiendo al Padre que pasara la copa del abandono de su presencia.
En la cruz se presentó una separación real entre el Padre y el Hijo, por nuestro pecado, pero Cristo estaba reconciliando al mundo por la voluntad del Padre. Pídale a Dios que le permita tener un corazón agradecido y de servicio, siempre pensando lo que Cristo hizo en la cruz.
El versículo para reflexionar es Isaías 53:5 "Mas Él herido fué por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosostros curados."
Bendiciones en Cristo.