Efesios habla de las riquezas para el creyente, así lo dice el apóstol Pablo, quien fue establecido como apóstol por Cristo. Dirige su carta a creyentes, a quienes les recuerda constantemente que están en Cristo. De esta manera llegamos a ser hijos de Dios, y por tanto estaremos en el cielo.
El centro del versículo tres es la bendición que tienen los creyentes. Nuestro padre celestial nos bendice en gran manera, con bendiciones espirituales. Dios bendice de esta manera, pero muchas veces la respuesta es olvidarlo. A veces, por ejemplo, pedimos por cosas que ya hemos recibido.
Oramos por amor, cuando un creyente ya ha recibido amor; lo que sí deberíamos pedir es por lo que no hemos hecho, que es manifestar ese amor. Oramos por paz, por felicidad y gozo, todas estas cosas que ya tenemos en Cristo. Todas las cosas han sido dadas en Cristo para nuestro bien.