Pastor Joel Zartman, 6 de noviembre de 2011
La omnipotencia y la omnipresencia de Dios tienen un efecto en la vida del creyente. Dios no tiene límites, y además sabe todo lo que hay en el corazón del hombre, Él lo sabe y conoce todo. Por ello debemos tener una actitud debida, ya que no hay lugar donde Él no pueda estar. Al conocer la gloria del creador, debemos maravillarnos, y lamentar lo que es el pecado, el cual viola la grandeza de Dios.