La Biblia de por hecho la existencia de Dios, no busca demostrarla. Los hechos mismos, como la creación, muestran Su existencia. Dios creó todo, incluido al hombre, a quien le dio autoridad sobre la tierra, pero pasaría muy poco tiempo para que este hombre se revelara contra Dios.
Con el pecado entró la muerte, y así cada bendición que Dios había dado a nuestros primeros padres quedó destruida, incluso la tierra sufrió el castigo. La imagen de Dios en el hombre se corrompió. Como resultado Dios los echó del jardín de Edén, y así perdimos la comunión con Él.
Si al momento de la muerte no hemos creído, seremos echados, pero esta vez al lago de fuego eterno, al infierno. Pero hay esperanza: Dios, desde la misma caída, dejó ver su misericordia para con los que amó, y redimió a su pueblo, por medio de la muerte de Cristo, el salvador, en la cruz.